El debate por regular la noche rosarina avanza en cámara lenta

El debate para regular la noche rosarina seguirá en veremos en el Concejo municipal. Pese a que semanas atrás, la discusión por reformar la normativa vigente volvió a agitarse en el Palacio Vasallo con proyectos cruzados de las distintas bancadas, el expediente se mueve en cámara lenta. Al día de hoy, concejales acordaron avanzar en la redacción de un proyecto unificado para después llamar a una audiencia pública con las partes involucradas. Los empresarios bolicheros creen que debería ser al revés. 

El año pasado se reabrió la discusión para derogar la ordenanza N° 7218 y sancionar una nueva, actualizada desde cero. Es que el marco jurídico vigente tiene ya dos décadas, y la noche cambió, más aún pospandemia. En efecto, la normativa actual se aprobó en 2001 y hasta el momento nunca se pudo lograr el consenso como para modificarla.

La comisión de Gobierno empezó en 2022 a examinar y cotejar cinco proyectos sobre el tema. Dos proponían modificar la ordenanza actual, mientras que otros tres impulsan dar vuelta de página y arrancar de cero. Hoy, la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck timonea la elaboración de un proyecto consensuado sobre un borrador que no pudo aprobarse en 2017, más aportes de los distintos espacios políticos. 

El mayor cambio que propone el nuevo proyecto es dejar de distinguir entre locales nocturnos con amenización musical (baile) y boliches. La reforma plantea que en todos los lugares se pueda bailar y que la habilitación dependa de si se trata de espacios de actividad nocturna permanente o esporádica. "La idea es eliminar todos los rubros que hay hoy y trabajar sobre normas preestablecidas de capacidad ocupacional, cuál es la infraestructura de insonorización, de convivencia con los vecinos y de seguridad y higiene que tiene que tener cada lugar. No focalizar tanto en el rubro sino en las exigencias", describió Schmuck.

Qué dicen los bolicheros

La actividad nocturna de Rosario se ha visto fuertemente golpeada desde la pandemia. Numerosos espacios culturales, boliches y bares musicales quedaron en el camino y bajaron la persiana. En ese marco, proliferaron las fiestas clandestinas -algunas en otras localidades vecinas-, en espacios que no cuentan con habilitación ni seguridad y que por todo esto resultan más baratos. Como contraparte, los boliches grandes de Rosario cerraron.

“Entendemos que los concejales quieren poner énfasis en el cambio con respecto a las habilitaciones y flexibilizar la actividad bailable en los bares, pero nosotros no tenemos más información porque no nos han dado los proyectos”, dijo a Punto biz Sergio “Willy” Spagnolo, integrante de la Cámara Rosarina de Boliches. Para el bolichero, la decadencia de la nocturnidad obedece a varias cosas y no sólo a la vigencia de una norma obsoleta. 

“La nocturnidad tiene problemas estructurales en tres planes diferentes; nacional, provincial y municipal. A nivel nacional el problema es la falta de dinero en la crisis económica que estamos viviendo. En el plano provincial, la inseguridad evidente que hay en las calles hace que la gente salga menos que antes o que tenga miedo que le roben. Y a nivel municipal, está el problema de que no hay transporte. Cada uno debería trabajar en conjunto para que la nocturnidad crezca. Pero obviamente tiene que haber una sinergia y no se arregla de un día para el otro”, opinó Spagnolo.