Demuelen el cine Oriente, sala emblemática de barrio Martin

La fachada permite transportarse al pasado de esplendor de los cines rosarinos. Levantado en 1931, el cine Oriente funcionó pocos años como tal, aunque el frente del edificio nunca perdió los detalles que lo diferenciaban como una sala de proyección. Lo cierto es que la impronta de un inmueble icónico de barrio Martin está a punto de borrarse a fuerza de topadoras.

La Asociación de Industriales Panaderos, entidad gremial propietaria del espacio desde la década del ‘40 cuando fijó allí su sede administrativa, decidió en asamblea permutar el edificio a la constructora Werk que levantará allí una torre de departamentos de 9 pisos. El acuerdo implica que la institución recibirá como compensación 500 m2 que podrá emplear a su gusto.

“Tuvimos que tomar la decisión porque el lugar se estaba cayendo a pedazos. obre todo teníamos muchos problemas con los pisos. Los arreglos eran imposible de afrontar y es por eso que luego de la deliberación del plenario de la asociación decidimos avanzar con el acuerdo con la constructora”, precisó Jorge Vitantonio, presidente de la Asociación de Industriales Panaderos, en contacto con Punto biz.

En el frente del ex cine Oriente en Mendoza 535 ya se montó la empalizada y se fijó el cartel de obra que autoriza las tareas de demolición. “Fue una decisión difícil pero hubo que tomarla ya que no podíamos mantener el inmueble activo”, sumó el dirigente sobre el convenio de permuta que se firmó en el mes de septiembre y que emplaza a la constructora a levantar la torre en un plazo máximo de 4 años.

Si bien en 1941 -apenas una década después de su apertura como cine- la entidad panadera tomó el control de la sala, lo cierto es que hace ya varios años que el lugar no funcionaba como sede gremial. “Producto de las dificultades para poner en valor el inmueble es que decidimos montar otra sede social en 27 de Febrero y Mitre donde ahora funcionamos”, explicó Vitantonio.

El Oriente operó en los últimos años como el salón de fiesta de la Asociación de Industriales Panaderos bajo concesión de una empresa gastronómica que organizaba allí cumpleaños y casamientos. “Se dejó de emplear para festejos producto de los problemas que tenían los pisos. Fue entonces que empezamos a evaluar la posibilidad de usar ese terreno como espacio para un desarrollo inmobiliario partiendo de la base de que no tenía reserva patrimonial el cine”, precisó.

Aunque no fue necesaria una dispensa del Concejo Municipal para derribar la vieja sala de cine, sí la institución tuvo que recurrir a la Inspección General de Justicia para que se aprobara la permuta con la constructora, hecho que finalmente se concretó.