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Economía

Cambian la dieta

Crece la producción ganadera vacuna, pero los argentinos comen menos carne

Crece la producción ganadera vacuna, pero los argentinos comen menos carne
Leonardo Piazza

Los aumentos en el precio de la carne siempre traen a colación la vieja discusión sobre si el asado está o no en la mesa de los argentinos.

Los aumentos en el precio de la carne siempre traen a colación la vieja discusión sobre si el asado está o no en la mesa de los argentinos. Discusión extemporánea. Los datos muestran que en los últimos 30 años los argentinos comen cada menos carne vacuna. Y no es porque esté más cara –la faena está en crecimiento– sino porque están cambiando la dieta.

La producción ganadera vacuna en Argentina ha tenido muchos vaivenes en los últimos 30 años. Aunque, si se hace un balance, se concluye que en las últimas 3 décadas la faena bovina se mantuvo básicamente en 1 millón de cabezas anuales promedio.

En cambio, el consumo per cápita de carne vacuna en Argentina muestra un sostenido declive.

La faena vacuna tuvo un declive en la década de los ’90, para luego mostrar una gran expansión en la primera década del presente siglo llegando incluso a 1,35 millones de cabezas en el 2009. Esta expansión estuvo explicada por la gran bonanza económica de esta década. Tanto es así que el consumo per cápita, mientras cayó en la década de los ’90 desde 77 kilos por persona por año a 60 kilos, en la primera década del presente siglo se recupera hasta 68 kilos en el 2009.

El precio de la carne en aquel momento sube mucho. El entonces Secretario de Comerio Interior Guillermo Moreno implementa una política persecutoria a los productores ganaderos congelándoles los precios y prohibiéndoles exportar (aún cuando la exportación de carne vacuna no era mucha) para “garantizar la carne en la mesa de los argentinos”.

El resultado fue una estrepitosa caída en la faena desde 1,35 millones a 900 mil cabezas. La caída en la producción elevó aún más el precio de la carne –el efecto que la política persecutoria buscaba evitar– lo que hizo desplomar también el consumo de carne a 55 kilos por persona por año.

En el 2012 se relaja la política persecutoria, la faena y el consumo muestran una leve y perentoria recuperación hasta el 2016, año en que la producción de carne vacuna comienza a tener una notable recuperación hasta nuestros días ubicándose la faena en 1,2 millones de cabezas. Si bien todavía no se alcanzaron los 1,35 millones del 2009, la tendencia muestra un impulso alcista que hace presentir que el año que viene podría alcanzarse aquel alto nivel.

Pero lo más notable es que a los argentinos les gusta cada vez menos la carne. Desde el 2016 que el consumo per cápita –a contramano de la producción ganadera vacuna– empezó a caer hasta llegar a los 48 kilos por persona por año en el 2021 con una leve recuperación a 51 kilos en el 2023.

Aquí comienzan las chicanas políticas en torno a que este gobierno, que prometía traer de vuelta el asado a la mesa de los argentinos, le llenó la boca a la gente de polenta o, por el contrario, que en los últimos 2 años se observa que el asado está volviendo a la mesa de los argentinos.

Discusiones estériles. Los datos muestran que en los últimos 30 años hay una tendencia secular de los argentinos a comer menos carne vacuna, aun cuando la faena se mantiene en crecimiento. El gráfico anterior es contundente mostrando esta tendencia ambivalente. Desde 1990 hasta el 2016, la tendencia del consumo acompañaba la de la faena. A partir del 2016 divergen.

Dónde va la faena que los argentinos no consumen: a la exportación

El gráfico a continuación muestra cómo las exportaciones de carne vacuna alcanzan los niveles más altos de los últimos 30 años. En el 2019 llegó a los 300 millones de USD bajando un poco en la actualidad a 250 millones de USD, muy por encima de los 125 millones de USD que fueron, en promedio, en el período 1990 – 2016. Cabe aclarar que los datos de valor de las exportación está corregido por inflación de Estados Unidos, por lo tanto, son valores reales comparables para toda la serie.

 


 

Exportación a precios actuales y consumo de carne en Argentina

1990 - 2023

Fuente: LP CONSULTING en base a MAGyP

 

Conclusión

Esta vieja discusión sobre si el asado de los argentinos es para comerlo o para exportarlo quedó totalmente extemporánea. Los argentinos comen menos carne vacuna por cambio en sus preferencias y los productores ganaderos producen cada vez más carne vacuna para mandar los excedentes del consumo interno a los mercados externos. Las dos cosas son perfectamente compatibles, por más que los discursos demagógicos insistan con el antiguo y vetusto dilema.

En el fondo, mientras los políticos le ponen trabas a la producción y exportación de carne en el nombre del “asado en la mesa de los argentinos”, los argentinos comen cada vez menos asado, y no es porque el asado esté caro, es porque están cambiando su conducta alimentaria.


 

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