Cadena de electro sigue acumulando deudas y está cada vez más cerca de la quiebra

A pesar de las advertencias y los diversos pedidos, Carlos Rosales, titular de Garbarino, sigue generando deudas y no presenta un plan de pagos viable para los proveedores y empleados. La firma despidió al menos 3.800 empleados y muchos de los que aún trabajan allí tienen salarios y aguinaldos impagos. En ese escenario, la Justicia define la quiebra de la casdena de electrodomésticos.

Según publica el portal iProfesional el juez Fernando D'Alessandro espera que Rosales presente un plan para recuperar la empresa, pero todo indica que la sindicatura general está a punto de entregar otro informe negativo sobre los números de la compañía, lo que aceleraría el fin de Garbarino y Compumundo. Los empleados han elevado un escrito al juez exigiendo una nueva audiencia para que se presente un plan de pagos coherente y viable.

Pese a los esfuerzos de los empleados y de la Justicia, parece que la quiebra de Garbarino es inminente. Rosales parece no querer cambiar la situación y dejará caer la compañía, según declaraciones de un delegado. La convocatoria de acreedores vigente sobre los activos del empresario comprende tanto a la cadena de electrodomésticos Garbarino como a Compumundo y Garbarino Viajes.

Según delegados de los empleados, el empresario cerró 200 locales en todo el país y la firma mantiene en funcionamiento solo cinco sucursales. Además, denuncian situaciones de desvío de fondos de la recaudación y facturación a nombre de otras personas y empresas, lo que impide que el dinero llegue a los trabajadores.

En números, la deuda acumulada del grupo de empresas bajo el control de Rosales ronda los $20.000 M. Para reducir los montos a pagar, el empresario ha propuesto la venta de plantas industriales en el Sur, como las firmas Digital Fueguina y Tecnosur en Río Grande, por un monto cercano a los u$s6 M. Sin embargo, esta propuesta fue descartada porque el precio es insuficiente y porque el dinero no sería destinado en su totalidad al pago de las deudas de los trabajadores.

"Se descartó la propuesta por el precio, que es insuficiente. También se rechazó el objetivo que se le iba a dar a ese dinero. Rosales pretendía pagar parte de la deuda de los trabajadores con el 50 por ciento de esos 6 millones. La realidad es que en lugar de esa cantidad se necesitan casi 10 millones de dólares para saldar la deuda y establecer inversiones para volver a hacer crecer la empresa", sostuvo un delegado.