Amasaba ambicioso plan de ampliación, pero lo metió en el freezer

Los industriales de la alimentación vienen de hacer malabares en 2023, y en lo que va del 2024 no se sacaron el casco: el rumbo económico del país todavía está tapado de niebla, y muchas inversiones que tenían luz verde fueron a parar al congelador.

“Tenemos en carpeta un proyecto de ampliación de nuestra infraestructura que significará un salto muy importante en cantidad y calidad de la producción. Los 5.000 m2 con los que contamos nos quedaron cortos y precisamos unificar las cuatro plantas y los tres centros de almacenaje y despacho, hoy desperdigadas, en un predio único. Es la mejor forma de agilizar la manufactura y la logística y ser más competitivos pero, aunque habíamos empezado a fichar terrenos, por ahora dejamos el plan en stand by, hasta ver qué sucede con el sinceramiento de precios. No está para arriesgar lo que construimos”, admitió Camilo Piatti, titular de Deubel SRL, firma con sede en Rosario dedicada a la elaboración industrial de productos de pastelería y confitería. 

En 2023, Deubel remó las ventas a contracorriente y llegó a la otra orilla, pero la pérdida del poder adquisitivo se hizo sentir en las fiestas. “Veníamos manteniendo la demanda, sobre todo por la línea premium, pero en los productos de fiestas se notó una retracción en las ventas del 25% interanual, que al final se reflejó en una caída del 10% en el acumulado del año. Si a eso le sumás que para los próximos meses el panorama es de incertidumbre total, la decisión fue esperar hasta que aclare para invertir”, explicó Piatti.  

Aún así, alguna ficha movieron: recientemente sumaron una nave de 1.200 m2 para depósito y logística, que está completamente equipada para ser utilizada para producir apenas puedan prender el turbo.

El tire y afloje con los precios mayoristas

En parte, la extrema cautela viene de la mano del desgaste de los últimos años. “Como todas las pymes del sector, padecimos las políticas nefastas. Las materias primas aumentaron entre 250% y 300% en los últimos años, pero pudimos trasladar a precios, con suerte, un 180%, por la retracción de los salarios”, describió Piatti.

“Los precios cuidados lo único que hicieron fue tapar la realidad debajo de la alfombra y para los industriales fue humillante. Nos decían “te voy a pagar lo que quiera” y había que aceptar. Las pymes estuvimos sometidas a las grandes cadenas de supermercados, que se subieron al plato volador del Gobierno y tuvieron rentabilidad a costa nuestra y de los comercios de cercanía, que no tienen posibilidad de negociación”, señaló Piatti. 

Y aunque también lidiaron con la prohibición de girar divisas para no acumular deudas por insumos importados, nunca tuvieron que parar la producción.

“Hemos consolidado nuestra posición en el mercado por la calidad de los productos y su difusión por el boca en boca. Logramos cosas importantes, como la distribución en Buenos Aires a cargo de la cadena de productos delicatessen Bon Marché y vamos por más. Esperamos, a mediano plazo, encender el acelerador para unificar nuestra producción en un gran predio cerca de Rosario”, adelantó Piatti.