"Nuestra meta es tener una compañía de triple impacto"

Punto biz festejó sus primeros 20 años con la realización de un documental, dirigido por el reconocido Héctor “Nene” Molina, que repasa en relatos la experiencia de 20 empresarios y emprendedores que marcaron el rumbo de los negocios en estas dos décadas. En esta oportunidad, Verónica Razzini, CEO de Grupo Razzini, comparte sobre su experiencia en la compañía y la trayectoria de la misma. Mirá el video.

El Grupo Razzini, histórica empresa de la ciudad, está liderado desde hace casi una década por Verónica, hija de Víctor Razzini. Aunque comparte el timón con sus hermanos, en un mundo de hormigón, ladrillos y escombros, el título de CEO lo ostenta una mujer. “Nos costó mucho sacrificio, pero creo que hoy las mujeres ya demostramos que somos capaces de ganarnos un lugar por merecimiento en el mundo de las empresas y que dejamos un legado valioso”, analizó.

La compañía nació en un terreno de la zona sur. En un principio, allí solo almacenaban materiales para la construcción, pero hoy es la sede de tres empresas: Razzini Materiales (que se dedica a la distribución por mayor y menor desde hace 40 años), Razzini Industrial (dedicada al reciclaje de residuos de demolición y construcción) y Hormigones Ricci, firma originaria de Baigorria que compraron hace unos años.

Además de llevar adelante Razzini, Verónica (44) tiene dos hijos (11 y 16) y preside el Movimiento de Empresarios Anti Bloqueos (MEAB), un grupo nacional que se conformó después de que Razzini lograra un fallo judicial histórico a su favor, ante un bloqueo a la compañía de parte del Sindicato de Camioneros. Sobre cómo ve a la construcción de acá a 20 años, Razzini pronosticó: “Las técnicas y los productos van cambiando de un modo impresionante, ahorran tiempo y son de mejor calidad. Antes costaba introducir productos innovadores porque quienes se ocupaban de la mano de obra se resistían, pero hoy eso cambió y la transformación se va a acelerar”.

La piba del corralón

La familia, el barrio y la infancia fueron constitutivos en la vida de Verónica. “Mis hermanos y yo nos criamos entre ladrillos y bolsas de cemento y, aunque me enorgullece que la empresa haya crecido de la manera en que lo hizo y se haya diversificado, yo todavía siento que soy ´la piba del corralón´. Nada me identifica mejor que eso”, aseguró.

Verónica es la tercera generación a cargo de la empresa. Sus abuelos la fundaron en la década del 60 y sobre finales de los 70 tomó el control su papá. “Como mi abuelo se había enfermado en el último tiempo, mi padre tuvo que remarla mucho para recuperar el negocio, pero lo sacó adelante y lo hizo crecer de inmediato. Estuvo a cargo hasta 2007, cuando le tocó afrontar problemas de salud. Ahí fue que tomamos la posta mis dos hermanos y yo, y emprendimos juntos la transformación del viejo corralón de materiales en una empresa profesionalizada y diversificada. Creo que pudimos capitalizar el mal momento porque sentíamos que estábamos cumpliendo un sueño que era de toda la familia”, rememora. Aunque su padre dejó un negocio que “funcionaba muy bien”, convertirlo en una empresa demandó un esfuerzo de formación, organización y buena asesoría. “En aquel entonces, como proveedores de la construcción detectamos que había un nicho de oportunidad en la molienda de escombros, porque nadie proveía ese producto en Rosario. Primero arrancamos con una producción muy pequeña, luego compramos una vieja molienda en Campana, estudiamos mejor el proceso y a los pocos años adquirimos más terrenos y comenzamos a tener una capacidad de producción más importante. Apalancados en la diversificación, surgieron Razzini Materiales y Razzini Industrial.

Razzini Recicladora

La firma rosarina se transformó en la primera recicladora modelo a nivel nacional, con certificados de normas de calidad. Esta parte de la historia contemporánea de la empresa comenzó cuando en 2016 uno de los hermanos Razzini viajó a España para conocer más sobre las recicladoras de áridos y de residuos de construcción en España. Fue entonces que entendieron que en Argentina no funcionaba de la misma manera; aquí no había reglamentaciones ni regulaciones. Ni bien comenzaron los contactaron empresas de fuste -por ejemplo, Loma Negra- para pedirles productos específicos con materiales reutilizado. El hormigón reciclado se convirtió en otro nicho importante para la empresa, y ese producto impulsó una segunda explosión comercial: “Empezamos a vender no solamente a los que eran los proveedores de la construcción de Rosario, sino que venían desde las afueras. Hoy fabricamos muchos productos con materiales reutilizados, incluso algunos se utilizan en obras viales de todo el país”, detalló. Además, Razzini Industrial se está asociando con VLQ ViluBlock, empresa de Granadero Baigorria fabricante de bloques intercastrables de hormigón, un producto que está muy en boga en los nuevos desarrollos urbanos. “Estamos probando nuevas fórmulas para que, dentro de ese hormigón que se usa para hacer los bloques, se utilice hormigón reciclado. En todos los productos donde podamos empezar a poner hormigón reciclado, estaremos beneficiando al medioambiente”.

Hoy aquella primera meta de profesionalización que asumió la tercera generación de Razzini se superó con creces y la visión de la empresa se transformó por completo: “En los próximos años, lo que queremos es tener una compañía de triple impacto, y el reciclaje de escombros y su reutilización en hormigón es solo la primera parte de ese plan. Queremos que nuestro rédito sea también social, que le llegue a la ciudad, que mejore nuestra actividad, y que también haga un aporte a favor del medioambiente”.