“El desafío es gestionar mejor y hacer del aprendizaje una cultura”

Punto biz festejó sus primeros 20 años con la realización de un documental, dirigido por el reconocido Héctor “Nene” Molina, que repasa en relatos la experiencia de 20 empresarios y emprendedores que marcaron el rumbo de los negocios en estas dos décadas. En esta oportunidad, Gabriel Fernández, CEO de AFG Ingeniería cuenta que la clave de cara al futuro será "reiventarse para seguir avanzando". Mirá el video.

Cuando llegó a Rosario desde Pueblo Irigoyen sin dinero, sin formación y siguiendo un mapa viejo recortado de una guía telefónica, Gabriel Fernández no imaginaba lo que sería su vida poco más de 20 años después, como CEO de AFG Ingeniería. Desembarcó para asistir a la universidad pero terminó creando una empresa sin recibirse, en el garaje de su casa. Hoy AFG cuenta con más de 130 colaboradores dedicados al desarrollo de soluciones innovadoras en materia de interconectividad, automatización, intralogística y datos en tiempo real para la industria. Fernández tiene varias vidas pero solo 42 años y se define como “nacionalista, emprendedor y optimista”.

Empezó a trabajar siendo muy chico pero no lamenta la falta de oportunidades de aquella época; al contrario, cree que forjó su carácter: “La carencia te enseña a aferrarte a la oportunidad. Aprendés la humildad, la valoración y la persistencia. En Rosario veo una gran rotación de personas en los trabajos; en cambio en el interior, cuando lograste tener una oportunidad, la abrazás y al resguardás frente a todo”. El bichito de los negocios le picó a los 12: comenzó a cortar el césped de las casas de su pueblo para estudiar en una escuela técnica. No le bastó con ofrecer sus servicios a los vecinos, creó Yuyo verde, su primer emprendimiento. Tras graduarse, se anotó en ingeniería mecánica de la UTN. Mientras cursaba seguía cortando césped para pagar el alquiler, pero supo que si no buscaba otra fuente de ingresos iba a quedarse estancado en el mismo lugar, y Gabriel Fernández quería avanzar, siempre avanzar.

Bautismo de empresario

“AFG nació cuando dos docentes de la facultad me propusieron asociarnos en un emprendimiento. Era finales de diciembre de 2004”, contó. Pero la sociedad no resultó como esperaba y para entonces Fernández ya había dejado la universidad, había vendido la moto para comprar una computadora y trabajaba más de 12 horas de lunes a lunes. “Estaba jugado”, admitió. Lo que aprendió en aquel momento es que la universidad no lo había preparado para emprender, una de las principales críticas que le sigue haciendo al sistema educativo hasta la actualidad. “Había sido buen alumno pero no sabía ni qué espesor tenían las chapas”, recordó. Aprendió y empezó a vender servicios de ingeniería por su cuenta. Recuerda que su primer trabajo fue el diseño de un plano para ampliar una máquina de Rogiro Aceros, y que le pagaron con un cheque “Era la primera vez que veía uno en mi vida”, confesó.

Pero el problema de diseñar sin fabricar era que los planos salían con “miles de errores” difícil de detectar en la teoría. Mucho más fácil era resolver los contratiempos durante el proceso de fabricación. Rápidamente se dio cuenta de que el negocio era diseñar y fabricar. “Ahí empezaron el crecimiento económico y los desafíos”, evocó.

Vacío en los mandos medios

Gabriel Fernández afirma que está en constante formación. Y si bien se hizo de los conocimientos duros necesarios para diseñar, construir y montar, cree que el desafío más grande en el camino del crecimiento es lograr ser un buen director técnico. Luego, cuando la estructura se agranda, el desafío es incorporar buenos mandos medios, que sean los directores técnicos del equipo.

“Primero hay que ser bueno en algo, después tenés que dominar el arte de manejar gente talentosa y el paso siguiente es dedicarte a la visión estratégica. Pero cuando el dueño deja de ser el director técnico para planear la estrategia, se hace un vacío en los mandos medios. Es una problemática que se repite en todo el mundo y hoy la estamos atravesando en nuestra empresa. ¿Podemos crecer? Tenemos todo el mundo disponible para crecer, pero la debilidad más grande surge en la formación de equipos”. Esta inquietud viene desde 2014, cuando AFG ya había incorporado a su cartera de clientes a General Motors, que comenzó a fabricar el Cruze.

En esa oportunidad, Fernández y su equipo trabajaron para japoneses, coreanos, alemanes y americanos. “Aprendí que los argentinos podemos ser muy buenos técnicamente, pero ellos nos llevan kilómetros en capacidad de gestión. Nosotros no sabíamos gestionar. Así que desde 2015 hasta hoy trabajé durísimo para mejorarlo, formar mandos medios y ser un dueño con capacidad estratégica”.

Reiventarse para seguir avanzando

Ante la consulta de cómo se ve en 20 años respondió: “Aprendiendo y emprendiendo. Nunca se habló tanto de emprender como hoy porque Argentina tiene que hacer crecer su economía y la mejor forma es generando nuevos negocios”.

Sobre la transformación de la industria a manos de la tecnología, aclaró: “Habrá que salir un poco de la comodidad. Si antes la palabra clave para la industria era reinvertir hoy es reinventar”. Consultado sobre la aplicación de la inteligencia artificial, aseguró que desde AFG están desarrollando robots para dispensar medicamentos en farmacias y que trabajan con nuevos socios en el desarrollo de máquinas expendedoras de comida inteligentes. “La inteligencia puesta al servicio del consumo no me asusta porque si bien dejarán de existir algunos puestos de trabajo se crearán otros. ¿Quién está amenazado en los próximos años? Quien no tenga ganas de transformarse. Tenemos que hacer del aprendizaje una cultura”.