Un rosarino llevó el street food argentino a los festivales de Europa

Se fue de Rosario en 2002, y después de vivir en España, Suiza y Holanda, decidió llevar a Francia, la meca de la alta cocina, a las estrellas de la comida popular argentina: el choripán y la bondiola. Fabián Wille Bille es el dueño de Flama Argentina Streetfood, un foodtruck que acompaña eventos y festivales en Bordeaux. El negocio surgió de un certeza: para la buena música en vivo, no hay mejor acompañamiento que un buen "chori".

Fabián entró al mundillo de los festivales y conciertos por el lado del sonido. Acomodaba los equipos de Marcelo Pilegi, un músico platense que fue su socio en 2019, cuando compraron el primer foodtruck. “Dio la casualidad que el primero se lo compramos a una pareja franco-argentina, y lo usaban para vender empanadas”, contó Wille Bille en diálogo con Punto biz. El éxito de Flama les permitió en dos años adquirir un segundo food truck, de mayores dimensiones.

“Funcionó muy bien desde el principio porque Marcelo como músico ya tenía la entrada a diferentes festivales, y así pudimos hacernos conocidos e ir creciendo”, recuerda Fabián, quien tras la pandemia quedó como único dueño del negocio.

El producto estrella que supo encantar al paladar francés es la bondiola desmenuzada, “cocinada a baja temperatura con cerveza negra, miel, cebolla y zanahoria —fue enumerando Willie Bille— servida en pan artesanal con salsa chimichurri, ensalada y papas fritas”. Además, ofrece opciones vegetarianas y lomitos, adaptándose a todos los gustos. 

“Estuvimos en el País Vasco que queda a dos horas de acá. Si me llaman y proponen un super festival de miles de personas nosotros nos desplazamos”, contó Wille Bille sobre cómo maneja el negocio. El rosarino nunca tuvo un local propio pero tampoco está en sus planes. “Acá todo funciona por dos años, cuando pasa la moda ya no viene nadie. Prefiero el formato rodante”, explicó, además de tener en consideración la alta tasa de impuestos que implica un restaurante en Francia. 

Si bien Willie Bille quedó a cargo, la producción y venta siempre está acompañada de amigos que colaboran en los grandes eventos. Cree que “no se puede hacer nada solos en la vida” y, siguiendo esa filosofía, cada julio pone en condiciones el camión, suma alguna innovación culinaria, llama a sus amigos y empieza a rodar.