Toman vuelo con un emprendimiento que potencia las raíces nacionales

Bajo el lema “conocé y lucí tus raíces” nació una nueva marca de indumentaria en Rosario. Se trata de Benteveo, un emprendimiento que empezó a principios de año y rápidamente levantó vuelo con gorras de diseño.

Detrás del proyecto está Blas Giménez, un joven diseñador gráfico de la ciudad, acompañado por Lola Saenz Luetich, estudiante de antropología de quinto año. “Muchas veces no se tiene en cuenta lo nacional en la industria y nosotros lo queremos implementar, adaptando los símbolos nacionales a lo utilizable para reforzar el orgullo”, expresaron los jóvenes a Punto biz. 

Benteveo es el nombre de un pájaro típico del territorio, reconocido por su canto y su simpático antifaz, que le dio nombre a la marca. Oriundo de Sudamérica y conocido en Argentina como “bicho feo”, fue elegido como estrategia de marketing como juego de palabras de “bien te veo”. 

Desde julio que surgió la idea de vender gorras con bordados nacionales hasta comienzos de enero con la primera tanda tuvieron miedo, y se reflejó en el número de producción. Publicaron la primera camada en Instagram, y gracias al boca en boca agotaron stock en menos de siete días. Ahora preparan una segunda con casi el triple de gorras, con la intención de abrir un ecommerce y abastecer los pedidos de un público creciente. 

La identidad de la marca es clara y comenzó produciendo gorras, pero pronto sumarán remeras y bolsos. Sus diseños apuntan a un público amplio: "Sin ser infantiles ni serios, creamos algo que puede ser tomado por cualquiera y apropiarse de lo nacional, de lo que es de uno”. En la primera tirada plasmaron al Sol de Mayo como símbolo nacional; al hornero, ave nacional; al Carnotauro, un dinosaurio que habitó el territorio hace 70 millones de años; y al carpincho, animal emblema de los humedales argentinos.

Un negocio que nació de la amistad 

Blas y Lola se conocieron trabajando para el Tríptico de la Infancia, y en una conversación surgió la sociedad. Blas estaba contando sobre sus vacaciones de invierno en Córdoba, donde entró a una tienda que vendía gorras con imágenes de animales, y rodeado de la fauna típica de la provincia, se le ocurrió combinar esos factores con su amor por el diseño. Lola se entusiasmó con la idea y fomentó darle vida al emprendimiento. Ambos habían vendido productos tercerizados, pero nunca se habían lanzado a emprender. 

Respecto a sus productos, Lola nombró que le parece muy llamativo como el carpincho se volvió una moda mundial pero bajo el nombre capibara, y ahora se comercializan varios productos representando al animal. “Por la forma en que nos lo venden es un producto extranjero, nosotros buscamos representar la esencia nacional y alentar a lucir nuestros símbolos patrios”, reflexionó. 

Lola se encarga de los números y el trato con los proveedores, lo que fue crucial para poder trazar cómo montar el negocio. Se decidieron por traer las gorras desde Buenos Aires, un modelo vintage en tonos tierra que no se consigue en nuestra ciudad. En cuanto al bordado, lo tercerizan en un taller rosarino, que con precisión plasma los diseños nacionales que crea Blas digitalmente.

“Es difícil emprender porque los costos de producción son elevados y es complicado calcular la ganancia, queremos realizar productos acorde a nuestros ideales y que sean alcanzables para cualquiera”, comentaron los socios. Luego de la primera tanda el miedo los abandonó y ya planean sumar la producción de remeras para la próxima temporada.