Se mudó a Funes y salió al ruedo con muebles de madera recuperada

Como muchos en pandemia, Vanesa Abrate se mudó de Rosario a Funes con su familia y allí abrazó una pasión. Se puso el hombro un proyecto propio -particular en la región, aunque no el único- de fabricación de muebles con madera recuperada. No compra en el aserradero, sino que trabaja con madera que ya fue utilizada y se descartó. Tiene un propósito ambiental y busca contribuir al entorno. “Es toda una filosofía”, dijo la artífice de Decova. 

Arrancó sola con muebles básicos y pequeños, y hoy trabaja con otros siete carpinteros para abastecer una demanda creciente. Coloca sus productos en la zona -Rosario, Pérez, Roldán, Ybarlucea-, aunque llega online a todo el país (Formosa, Chubut, Chaco, sólo por nombrar algunas provincias). Tanta fue la repercusión que la casa de Pancho Dotto tiene mobiliario de Decova. Los muebles de Vanesa decoran la sala y el baño, y para el especial de Navidad de una reconocida revista el manager de modelos los mostró en primerísimo plano. “No hay muchos emprendimientos de este tipo acá; por ahí más en el Tigre", refirió la emprendedora a Punto biz. 

“Pancho Dotto me encargó unos espejos y otros muebles para guardar una colección muy preciada, me compró varias cosas. Lo loco es que después me llamó para la producción de una revista y lo ayudé con la organización”, confió Abrate. Cada pieza cuenta una historia y es única e irrepetible. Aunque amplió el portfolio y también el plantel, Decova no se mueve por las carriles de la estandarización. Empezó con huerteros, recibidores y bancos estilo campo, y hoy podés encontrar -por ejemplo- camastros, sillones redondos, mesas ratonas o escritorios familiares. "Una cosa llevó a la otra. La gente me fue pidiendo, me animé, y después se sumaron otras personas al proyecto", confió. 

“No quiero nada que tenga que ir a comprar a un aserradero. A mí me gusta meterme en los lugares y elegir la madera, uso todos los materiales nobles que me da la tierra”, sostuvo. A veces desarman un galpón en el campo, entonces Vanesa va y busca sus tablas. Desde Decova promueve el desarrollo sustentable y su objetivo principal es ir contra el desmonte. Trabaja mucho por encargue y la proyección de marca es más ambiciosa, aunque sin perder el eje primario: impacto ambiental y su corte artesanal. 

A Vanesa siempre le gustó todo lo relacionado con el diseño, pero por cuestiones de tiempo y de la vorágine diaria había relegado esa veta. El parate que implicó el Covid la llevó a Funes, arrancó con una pequeña huerta en su nueva casa y después el proyecto escaló y decantó en Decova. ¿Por qué Decova? Unió la decoración con su nombre. Dice que no fue tan creativo, pero encontró la forma de ensamblar los dos patas del negocio. "Cuando era adolescente hice un curso de diseño, pero nunca ejercí. Con la pandemia empecé y, más que un hobby, hoy es una pasión personal", sintetizó.