Polémica por la ampliación del Castagnino con un proyecto fuera de concurso

La ampliación del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino, anunciada días atrás por el intendente Pablo Javkin como una de las obras emblemáticas del Tricentenario de Rosario, quedó rápidamente envuelta en una polémica. Mientras el Ejecutivo municipal celebró el alcance cultural y arquitectónico del proyecto, el Colegio de Arquitectura y Urbanismo de la Provincia de Santa Fe (Capsf) salió a cuestionar con dureza el procedimiento elegido para definir la intervención.

El proyecto oficial prevé una transformación de más de 1.500 metros cuadrados del complejo Castagnino-Macro, con nuevas salas de exposición, áreas educativas, espacios de conservación con estándares internacionales, servicios y una climatización integral del edificio. Según destacaron desde el municipio, la obra permitirá “resolver limitaciones históricas del museo y potenciar su rol como uno de los principales centros culturales del país”.

La iniciativa fue presentada con fuerte respaldo institucional y empresarial, y se remarcó que será financiada íntegramente con aportes privados, sin impacto directo sobre el presupuesto municipal. Desde el Ejecutivo subrayaron que la ampliación apunta a modernizar el museo, mejorar las condiciones de preservación de las obras y ampliar la oferta cultural de la ciudad.

Sin embargo, el anuncio encendió alarmas en el ámbito profesional. A través de un comunicado institucional, el Colegio de Arquitectos expresó su preocupación por la decisión de avanzar con un nuevo proyecto arquitectónico pese a la existencia de un concurso de anteproyectos vinculante, realizado años atrás, que ya había definido una propuesta ganadora para la ampliación del museo.

“¿Por qué, existiendo un concurso vinculante, se decide realizar un nuevo proyecto?”, planteó la entidad, que recordó que ese mecanismo había garantizado participación amplia, evaluación por jurados especializados y transparencia en la toma de decisiones. Para el Colegio, dejar de lado ese antecedente debilita el sistema de concursos públicos y sienta un precedente negativo para futuras intervenciones en edificios de alto valor patrimonial.

En ese marco, el presidente del Capsf, Marcelo Lombardo, señaló que hasta el momento no hubo instancias formales de diálogo con el Ejecutivo municipal. “No hubo ninguna reunión formal con el Municipio, pero esperamos juntarnos en los próximos días con el intendente”, afirmó. Y aclaró que el planteo del Colegio excede el caso puntual del Castagnino: “Queremos conversar de este tema puntual, pero también de otros. A nosotros como Colegio nos interesa discutir el tema de los concursos de obra pública en general”.

Lombardo remarcó que el Colegio no está en contra de la inversión para ampliar un ícono cultural de Rosario sino que el reclamo apunta a generar reglas claras y previsibles para el ejercicio profesional. “Los concursos son un tema muy importante para los arquitectos. Es trabajo para nuestros matriculados, y es por eso que queremos ir a la raíz para generar acciones en este sentido, que den claridad más allá de esta situación en particular”, sostuvo.

Desde el Colegio también pusieron el foco en la relevancia histórica del Castagnino, diseñado por los arquitectos Hilarión Hernández Larguía y Juan Manuel Newton, considerado una de las obras más emblemáticas de la arquitectura argentina del siglo XX. En ese sentido, destacaron que cualquier ampliación debería surgir de procesos claros, consensuados y respetuosos de las reglas profesionales vigentes. "Celebramos que el Municipio y el sector privado invierta en cultura y apueste a la remodelación del Castagnino, sólo cuestionamos el procedimiento", apuntó.

La controversia vuelve a poner en el centro del debate la forma en que se definen las grandes obras públicas en Rosario, especialmente aquellas que involucran patrimonio cultural. Mientras el municipio defiende la necesidad de avanzar con una intervención que modernice el museo, el Colegio de Arquitectos reclama respeto por los concursos. El proyecto sigue en marcha, pero la discusión ya quedó instalada.