Naufraga el plan para que vuelva a operar el barco Ciudad de Rosario

Primero fue la pandemia. El Covid 19 hizo que el barco Ciudad de Rosario -emblema turístico de la ciudad- dejara el muelle en el Parque Nacional a la Bandera y fuese a refugiarse en el Charigüé, en plena zona de islas. Pero con las restricciones ya levantadas definitivamente, fue la histórica bajante del Paraná la que luego lo dejó fuera de servicio. Ahora, con caudal suficiente para volver a operar, es el factor económico el que complica las chances de que el buque que suma cinco décadas desde que fue botado pueda recorrer de nuevo el río.

Se trata de u$s45.000. Ese es el monto que hace falta desembolsar para que el Ciudad de Rosario sea llevado a dique seco y allí sometido a las inspecciones que exige Prefectura Naval Argentina (PFA) para obtener así el certificado de navegación que hoy está vencido y que tiene una vigencia de 4 años para cualquier buque que se emplea con fines turísticos. Como la familia que históricamente regentó el paseo no facturó en tres años y medio, están intentando algo que hasta ahora fue infructuoso: que la PFA los deje navegar con una prórroga del permiso anterior hasta conseguir los fondos necesarios para costear la nueva revisión.

“Hoy mantenemos charlas con el Ejecutivo Municipal, con el Ente Turístico Rosario (Etur), con la Provincia y con el Ente Nacional Puerto Rosario (Enapro) para intentar acceder a algún tipo de financiamiento, pero hasta ahora no salimos de la etapa de conversaciones”, precisó Fenrnado Apeseche, nieto de de quien construyó el barco y heredero de la familia que operó la embarcación durante más de 50 años.

El hombre incluso no descarta una operación de venta. “Dentro de las alternativas en danza estamos abiertos a vincularnos con alguna empresa con capacidad de asociarse con nosotros para costear los gastos de la verificación y luego repartir las utilidades que el barco genere. Es más, evaluamos la chance de venderlo, pero ocurre que es un buque en muy buenas condiciones y no queremos hacer un mal negocio”, agregó el joven, en contacto con Punto biz.

De acuerdo a lo que pudo verificar este medio, incluso un astillero de San Lorenzo intentó adquirir la embarcación pero las negociaciones naufragaron precisamente por el tema precio.

Lo cierto es que desde la administración de la Nueva Terminal Fluvial (NTF) aseguran que sería una muy buena noticia contar con el Ciudad de Rosario operativo. Vale recordar que mientras la Estación Fluvial estuvo concesionada al empresario Claudio Caprile el barco no amarraba en los muelles del complejo. “Desde 1998 cuando se armó el pliego de concesión, Caprile tenía la potestad de cobrar hasta el 50 por ciento de tasa de embarque, un esquema que no cerraba porque el empresario terminaba siendo socio en los ingresos pero no en los costos. Ante esa situación, al ser declarados de interés municipal y provincial y producto de que ofrecemos viajes libres para estudiantes de escuelas, accedimos a un permiso precario que nos posibilitó contar con una amarra propia en el Parque a la Bandera”, repasó Apaseche.

De acuerdo a lo que pudo verificar Punto biz de fuentes ligadas a la NTF, habría predisposición para negociar la llegada del Ciudad de Rosario a los muelles de la estación. Solo imponen una cláusula: que la embarcación tenga la aprobación de Prefectura, precisamente lo que hoy no logran conseguir.

El estado del barco hoy

“El barco se construyó en Rosario entre el año ‘64 y el ‘70 y a partir del año ‘71 empezó a navegar en las costas de la ciudad haciendo circuitos y actividades turísticas”, indicó el nieto del fundador de la empresa familiar, quien además destacó el estado actual de la embarcación.

“Una barco puede durar 100 o 200 años si se le hacen los mantenimiento de rigor periódicamente. Es decir que tres años sin navegar si bien traen aparejadas complicaciones menores, no genera un problema de fondo. Nosotros durante este periodo le hicimos los services de combustible, correa, filtro, se lo movió en la posibilidad que se podía. El barco tiene el casco con el espesor suficiente como para poder navegar. De hecho Prefectura podría hacer algunas inspecciones con la embarcación flotando, y así habilitar las medidas de seguridad necesarias, extendernos una habilitación precaria y posibilitar operar la unidad hasta conseguir los fondos necesarios para un chequeo más exhaustivo como exige la normativa”, puntualizó.