Le cuelgan el cartel de venta a histórica galería del centro de Rosario

Las galerías fueron uno de los sectores más golpeados por la pandemia. Con muchos de sus comercios vacíos, surgieron en el último tiempo distintos proyectos para intervenirlas y evitar que naufraguen. Pero lo cierto es que a raíz de las restricciones y con un centro en franco deterioro, pocos aguantaron y la pandemia terminó por darle el tiro de gracia a un complejo con mucha historia en la ciudad: la galería Paseo del Patio. Ubicada en Sarmiento 778, allí supo funcionar por casi 50 años el emblemático bar Paco Tío y desde 2009 alberga en la planta alta al cine Arteón, el único que hasta ahora no volvió a abrir las puertas tras la habilitación provincial. 

"No nos renuevan el contrato y todavía seguimos dando vueltas. Lamentablemente, los dueños de la galería no se terminan de definir ", decía Jorge Debiazzi, una de las caras visibles del Arteón y siempre ligado a la actividad cinematográfica local. Era la vieja sede del cine Del Patio, que tres años después reabrió como Espacio Incaa, el primero de Santa Fe. 

Con un panorama de intermitencia y un puñado de negocios funcionando, los dueños de la galería buscan compradores y hasta barajan la posibilidad de bajar definitivamente la persiana si la actividad no remonta en el corto plazo. De los escasos comercios que hoy sobreviven, al menos dos llevan más de tres décadas en el ruedo y sobrevuela el fantasma del cierre. “Tuvimos dos propuestas de inmobiliarias para vender, pero ninguna que nos convenciera”, dijo a Punto biz Juan Pablo Valenti, hijo de uno de los tres hermanos herederos del paseo comercial. 

“Una propuesta nos llegó hace un año y la otra en los últimos cinco meses. En ambos casos, para levantar un edificio en el lugar. Por ahora seguimos en la búsqueda de un comprador y a la espera de un negocio que nos cierre. También es una opción cerrar si las cosas no mejoran, pero por el momento no hay nada definido”, refirió Juan Pablo. Si bien su emplazamiento es estratégico, otra de las discusiones pasará por saber qué ocurrirá con el cine y cuáles son las condiciones para construir desde cero en el centro.  

“Estuvimos un año y medio cerrados mientras otras actividades fueron de a poco abriendo. Y ahora que estamos habilitados, no podemos. Tampoco sé cómo está funcionando la actividad, si es rentable o no. Pero para nosotros trasladarnos sería muy complicado. En el cine tenés que montar cabina, pantalla y equipo de sonido. Es una inversión imposible de hacer por más entusiasmo que tengas porque este tema del virus no se va mañana y pueden volver atrás con todo”, explicaba Debiazzi. 

Comerciantes que todavía mantienen sus negocios abiertos dentro del histórico complejo comparten la misma sensación de incertidumbre. "Se comenta que hay posibilidades de vender, pero a nosotros todavía no nos han dicho nada", confiesa Raúl Indaco, dueño de la inmobiliaria homónima que funciona en el primer piso. Algo similar dice el propietario de la relojería Pedroza, que hace 31 años funciona en el lugar: "El rumor está instalado, pero formalmente nadie vino a hablar. Deberían notificarnos primero".