Es el "mago" de las pizzas porteñas y amasa ahoranuevo local al paso

A mediados de 2022, la tradicional pizzería Inmortales mudaba su local de 9 de Julio y Alvear. Cuestiones edilicias llevaron a Omar “El mago” Rambaldo a armar las valijas y abrir un mega bodegón en avenida Alberdi y Gorriti. Después de más de un año de hacer caminar el negocio en Arroyito, ahora redobla la apuesta y prepara para octubre la apertura de una segunda boca en barrio Cura; esta vez al paso. 

“El local de Alvear y 9 de Julio no estaba en condiciones. Antes de llegar a Arroyito, la pizzería funcionó como delivery y take away en Bv. Oroño y Amenábar. Ahora, ya con el personal capacitado, estamos restructurando el lugar para funcionar bajo esa modalidad porque no damos abasto con los pedidos”, explicó Rambaldo a Punto biz. Se trata de un local pequeño en dimensiones (15 m2 X 7 m2) y el segundo desde donde saldrán para los diferentes barrios rosarinos las típicas pizzas porteñas que ya son un sello de Inmortales. 

Rambaldo tiene sobrado ruedo en el rubro. Arrancó a mediados de los ‘80 a amasar cuando dejó el servicio militar y ahora se convirtió en toda una referencia para la ciudad por la calidad de sus productos. El primer negocio funcionó en zona sur, Bv. Oroño y Arijón, pero fue en 9 de Julio y Alvear donde amasó la historia grande de Inmortales. “Tenemos muchos clientes y resultaba difícil con un solo local abastecer a toda la demanda. La idea fue entonces reactivar el otro espacio”, confió. En la pizzería de Rambaldo tampoco faltan los clásicos del menú: hay fugazzeta rellena y fainá.  

 Al estilo de las viejas pizzerías porteñas, como El Cuartito o Guerrín, Inmortales es un lugar sencillo y familiar, donde se puede degustar la pizza entera o en generosas porciones, pedir moscato y fainá, y hasta pasar a buscar la pizza cruda para cocinar en casa. Lejos de las nuevas modas de boliches “gourmet”, Inmortales reivindica el espíritu del clásico bodegón y las antiguas pizzerías de barrio.

Según reveló el maestro pizzero, mudar el negocio a Arroyito fue estratégico: es una zona con mucho potencial y conectada con el Metrobus Norte. “Al local de 9 de Julio y Alvear lamentablemente lo tuvimos que abandonar porque tenía problemas edilicios”, explicaba a este medio, y apuntaba: “El piso del salón se hundió y por prevención decidimos cerrar las puertas. Ese local no se volverá a abrir, es una etapa que ya terminó”.  El bodegón de Arroyito tiene una capacidad para unos 100 comensales y además cuenta con una amplia vereda para poner mesas.