El plan de la Provincia para recuperar los vuelos perdidos del Aeropuerto

Sin políticas públicas que favorezcan la actividad ni un contexto económico que empuje, el Aeropuerto Internacional de Rosario "Islas Malvinas" (AIR) nunca llegó a levantar vuelo en los últimos cuatro años de la gestión de Omar Perotti en la Casa Gris. Es que de contar con unas 10 líneas aéreas operando hace cinco años (aunque no de forma simultánea), en la actualidad apenas despegan tres (cuatro si se cuenta la frecuencia de “fomento” que ofrece Lade). Muy poco para una de las ciudades más importantes del país. 

La irrupción de las low cost, en la llamada era de “cielos abiertos” que impulsó el gobierno de Mauricio Macri, generó un período de auge en el Aeropuerto que duró lo que un suspiro. Aquella etapa, breve pero intensa, dio a luz un proyecto de ampliación de la terminal aérea para ponerla a nivel internacional. La política de incentivo -ya sea vía subsidio o rebaja de tasas- al arribo de nuevas aerolíneas hizo que en poco tiempo llegaran Flybondi, JetSmart, Azul y Sky Airlines. Incluso, tantas otras estuvieron cerca de hacerlo como la filial local de Norwegian. Todo eso se desarmó cuando Omar Perotti asumió en la Provincia y tomó la decisión de dar de baja los programas que promovían la operación de nuevas aerolíneas. Ahora bien, ¿qué pasará con la gestión que recién inicia Maximiliano Pullaro como gobernador de Santa Fe?

“La voluntad de la nueva administración es trabajar en el desarrollo de los aeropuertos, no solamente de Rosario, sino también en el de Sauce Viejo, y lo tomamos como prioridad. Por supuesto, en ese sentido lo que nosotros vemos viable es que el aeropuerto de Rosario amplíe su capacidad operativa y pueda de verdad ser un núcleo para la ciudad y para la región de desembarcos de vuelos”, dijo a Punto biz Renata Ghilotti, flamante secretaria de Transporte de la provincia de Santa Fe. Bajo la conducción ahora del nuevo presidente de la aeroestación Esteban Bretto, quien reemplaza a Eduardo Romagnoli, la mirada estará puesta en atraer no solamente vuelos turísticos sino también corporativos. 

Entre 2014 y 2018, la terminal aérea de Fisherton vivió un crecimiento del 45% en la cantidad de pasajeros, guarismo que la ubicó al tope de las terminales nacionales para ese período. La performance del AIR superó incluso a la de terminales de ciudades turísticas como Mar del Plata (28%), Córdoba (17%) y Bariloche (15%). 

Antes del ocaso, en el período mencionado, desde el Aeropuerto de Rosario despegaron una decena de líneas aéreas. La low cost Flybondi encabezó la oleada con frecuencias hacia Iguazú, Salta y Tucumán. La aerolínea de bajo costo JetSmart hizo lo propio con vuelos a Mendoza, Salta y Neuquén. También irrumpieron las compañías internacionales; la brasileña Azul líneas aéreas conectó Rosario con Recife, Sky voló directo a Santiago de Chile, Gol llegó a volar hacia Salvador, Rio de Janeiro y San Pablo. Y Latam -antes Lan Perú y Lan Chile-, unía Rosario con Lima y Santiago (con conexiones). A excepción del vuelo de Gol a San Pablo, el resto de las conexiones quedaron en el camino. 

“Tampoco podemos negar que hay un contexto hoy de incertidumbre a nivel macro y a nivel nacional que hace que estemos a la expectativa de cómo se va a ir acomodando el mercado aerocomercial. Tenemos la esperanza de que la situación permita el desembarco de compañías aéreas, que necesitan que la Provincia las acompañe y trabajaremos en generar una estrategia de incentivos para que eso suceda. Está claro que el Aeropuerto de Rosario funciona muy por debajo de su capacidad operativa y eso hay que corregir”, dijo Ghiloti, sobre la posibilidad de recuperar una política de Estado que atraiga a las aerolíneas a operar desde Rosario. Aunque remarcó que “dependerá mucho del contexto”.

Chau apoyo

A través del decreto  0257/2019, el gobernador Omar Perotti derogó a principios de su gestión, el “Programa general de Fomento de Transporte Aeronáutico” y terminó con una política de impulso a la operación de nuevas líneas aéreas en la provincia. 

La administración socialista venía de acordar el aporte de $4 M a la aerolínea low cost Flybondi, que empezó a volar desde Rosario hacia Iguazú, Tucumán y Salta. En ese entonces, Alicia Ciciliani, exministra de Producción de Santa Fe, remarcó que el desembolso estaba destinado a “para fortalecer el desarrollo de las nuevas rutas”. Tiempo después, esa herramienta de fomento, que benefició a Flybondi y antes a Avianca en 2017, fue dada de baja.

El programa ofrecía incentivos monetarios a los prestadores de servicios de navegación aérea por pasajero embarcado para nuevos destinos, pagaderos en dólares estadounidenses para los destinos internacionales y en pesos argentinos para los destinos de cabotaje, tanto en el caso de nuevos destinos como para nuevos vuelos en los destinos ya existentes; así como incentivos no precisados por la habilitación de nuevas frecuencias. 

El incentivo estaba acompañado de una serie de bonificaciones en cuanto a tasas operativas, de aterrizaje y estacionamiento de aeronaves, y servía para acompañar los primeros meses de operación de nuevas líneas aéreas como el caso de Flybondi. Y una carta para negociar el arribo de compañías que tienen en el radar a Rosario.