Auge, derrumbe y renacimiento en el negocio de los acoplados

Montenegro Hermanos nació en 1946 de la mano de José Ramón y Eugenio Montenegro, con un taller ubicado en Maipú y 27 de Febrero, en Rosario. La empresa fue pionera en la fabricación de acoplados y supo consolidarse como un referente nacional en el rubro de remolques. Su crecimiento fue tal que llegó a ser la primera marca de acoplados en España y la segunda en Europa.

La firma fue el primer exportador argentino de remolques y también impulsó un activo mercado de repuestos originales, que aún hoy se mantiene vigente. Con el paso del tiempo, sumó una segunda planta en el sur de Rosario y, como parte de una ambiciosa estrategia de expansión construyó una imponente fábrica en Villa Gobernador Gálvez que llegó a emplear más de 3.000 personas.

Durante la década del ’70 Montenegro marcó el ritmo del sector metalmecánico, consolidando su liderazgo tanto en el país como en el exterior. Pero la crisis de la hiperinflación de finales de los ‘80 los afectó y cuando en los 90 se produjo la apertura de las importaciones la debilidad quedó expuesta. La Argentina había firmado en los ‘80 el Pacto del Mercosur, y el nuevo esquema regulado de libre comercio facilitaba las posibilidades de penetración de empresas brasileñas. Recesión, falta de crédito y la presión impositiva profundizaron las dificultades.

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