Abrieron un parque solar hace dos años pero ya se van del país

Hace dos años, el 20 de octubre de 2021, las compañías noruegas Equinor y Scatec inauguraban su primer proyecto de energías renovables en el país: el Parque Solar Guañizuil 2A (G2A), la planta comercial más grande de la provincia de San Juan y la tercera del país. A pesar de que ambas compañías, que compartían en porciones iguales el proyecto, tenían firmado un contrato de provisión de energía por 20 años en dólares con Cammesa (la administradora del mercado mayorista eléctrico), decidieron vender y salir del negocio tres días antes de las elecciones.

Como en otras instancias en que firmas internacionales optan por achicarse o irse, quienes avanzan son las empresas locales, con más cintura política y herramientas para atravesar el volátil contexto económico.

Así, la compradora es Central Puerto, la compañía que viene acumulando activos en el sector eléctrico desde hace varios años y que tiene entre sus accionistas a las familias Reca, Miguens-Bemberg y Escasany. No se informó el monto de la transacción.

Para Equinor, una de las más grandes petroleras a nivel mundial, con ventas por u$s128.000 millones, la salida de G2A significa concentrarse en el polémico proyecto offshore frente a Mar del Plata y en sus participaciones en Vaca Muerta. Para Statec, en cambio, que se dedica a la provisión de equipamiento para energías renovables, la venta del parque solar representa directamente su salida del país.

El parque solar sanjuanino se ubica en un área de 270 hectáreas cerca de la Ruta Nacional 150. Tiene una capacidad instalada para 117 MW y el potencial de proveer energía a más de 80.000 hogares.

Con este nuevo casillero, Central Puerto completa todos los tipos de energía: térmica, nuclear, hidráulica, eólica y, ahora, solar. La compañía tiene 14 centrales, con una potencia instalada de más de 7.100 MW y una generación anual del orden de 23.000 GWH (equivalente al 16,7% de la generación del sector privado).

La empresa encaró un proceso de diversificación que la llevó a reforzar su incursión en energías renovables, Además, se convirtió en la principal compañía forestal del país al comprar primero los activos locales del grupo Masisa a fines de 2022 y, luego, varias estancias y 88.000 hectáreas que pertenecían a la Universidad Harvard en Corrientes.

Estas fueron otras dos operaciones en las que Central Puerto aprovechó la salida de inversores internacionales del país para expandirse. De hecho, el propio grupo se creó cuando la francesa Total decidió abandonar el rubro eléctrico en el país, en 2006, y vendió sus centrales. Más tarde, fue incorporando activos de la estadounidense CMS y la italiana Enel.

Con el negocio forestal la firma apunta no solo al procesamiento e industrialización de la madera, sino también a la emisión de bonos de carbono y a la generación de energía con biomasa.

El grupo Central Puerto facturó $73.282 millones, con una ganancia de $4.509 millones en el primer semestre.