El rosarino detrás del cambio de imagen de la cadena de helados Grido

La marca es ampliamente reconocida, está presente en diferentes sitios, desde delivery a carterlería y publicidad, que poco a poco irán dejando el logo amarillo y azul de Grido Helado por un diseño moderno y minimalista desarrollado por el estudio del rosarino Ronald Shakespear. El prestigioso diseñador hizo -por ejemplo- el diseño de la universidad Siglo 21, Massalin Particulares, Gurú (ex Páginas Amarillas) y las marcas Boca y NOB (Newell´s Old Boys), de quien Ronald es fanático confeso.

Nacido en Rosario en 1941, Shakespear es, tal vez, el primero que hizo de Buenos Aires una ciudad "legible". Con el Plan Visual de Buenos Aires (trabajo que realizó junto a Guillermo González Ruiz), diseñó toda la señalética urbana de la ciudad, desde los carteles para plazas y taxis hasta el subte. Ahora revolucionó un ícono cordobés como Grido.

El nuevo logo estará presente en 1.800 puntos de venta de la marca en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. Pero también más de 3.000 freezers con el logo, innumerables cenefas, sillas, accesorios, bolsas y todos los packaging de productos.

El operativo de cambio de marca Grido demandará más de un año en su implementación total, pero se dio el primer paso de ese largo viaje: se presentó en sociedad la nueva identidad y empezó el rebranding de un local en La Calera.

Grido planea este año abrir otras 150 franquicias entre Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile, además de iniciar operaciones en Perú, tanto con productos terminados como con heladerías. A estos mercados, también se suma Bolivia, donde por ahora solo exportan productos finales (y no venta a granel en locales).

Además de helados, los locales Grido fueron incorporando en los últimos años otros productos congelados como pizzas, empanadas, bastones de pollo y muzzarella, además de desarrollar la unidad de negocios Gofriz que vende desde una plataforma online productos propios y de terceros.

Además de la marca Grido, Helacor SA desarrolla bajo la marca Vía Bana un modelo de heladerías sociales que permiten montar un expendio de helados en barrios vulnerables, generando autoempleo para los franquiciados.

Ya tienen 450 puntos de venta y planes para sumar otros 1.000 en el próximo año.