Mientras desembolsa u$s1 M, holding define el futuro de una de sus plantas

La necesidad de adaptar operaciones a los negocios que demuestran más dinamismo y generan más rentabilidad es siempre una posibilidad para las empresas que operan en diversos rubros. Algo de eso le ocurre a los propietarios del holding Sica en Esperanza. Mientras el negocio vinculado a la extracción de gas y petróleo crece en el complejo fabril de Metalúrgica Sica -la firma histórica-, los negocios del joint venture que celebró Sica con la española Haizea para producir torres de generación eólica no repuntan. Mientras la metalúrgica levanta una nueva nave de pintura por la fuerte demanda, los propietarios evalúan echar mano a los m2 ociosos que están en la fábrica de al lado dedicada a la producción de aerogeneradores.

“Estamos evaluando alternativas. Uno como empresario siempre tiene que optar. Atentos a que la fabricación de molinos eólicos sigue a la baja, puntualmente estamos analizando si una parte de esa planta sirve para ser adaptada para cumplir con la producción de insumos para la industria del oil and gas, rubro en el que estamos trabajando muy fuerte hoy y con necesidad de espacio”, precisó Mario Valenti, gerente general de Sica, en contacto con Punto biz.

En el mientras tanto, la metalúrgica no detiene su plan de desembolsos. “El año pasado habíamos anunciado incluir 15.000 m2 nuevos de estructura fabril que cumplimos en parte y a la par de evaluar recuperar galpones de la fábrica vecina de eólicos, estamos sacando una orden de compra para montar una cabina de pintura ya que la que tenemos activa hoy no alcanza para la fuerte demanda que experimentamos”, detalló Valanti.

“Necesitamos mudar el proceso de pintura a un sitio que nos permita por un lado más capacidad y por el otro mejores condiciones ambientales. Cuando esté terminada la nueva cabina tendrá dos módulos de 18 metros de largo por 7 ancho, por 6 de alto. Son módulos que van a estar separados entre sí, pero montados en secuencia”, agregó el ejecutivo que habló de un desembolso cercano al u$s1 M para la obra que incluye otras acciones complementarias.

Entre los trabajos que se vienen está la alimentación a gas de la nueva cabina. “Como se trata de infraestructura que debe ser alimentada con energía térmica, tenemos que hacer la conexión a una planta propia de gas licuado para que llegue energía. Eso también exige inversión”, sumó.

“Después es necesario reconfigurar el layout y es por eso que estamos evaluando los pasos a seguir con la fábrica de eólicos. Una de las alternativas es la de emplear parte de las naves que están contiguas al predio de la metalúrgica para procesar algunas fases de la fabricación esperando por la potencial reactivación del negocio de la aerogeneración”, añadió.

El joint venture entre Sica y Haizea dio lugar en 2017 a Haizea Sica SA, una sociedad que sobre terrenos de la tradicional empresa esperancina se especializó en el montaje de estructuras para la generación eólica cuando el tema se volvió política de Estado en la era Macri. Con la llegada del gobierno de Alberto Fernández los proyectos estimulados por el Estado quedaron en stand by, a excepción de algunas iniciativas privadas y de gobiernos provinciales, los encargos de nuevas torres disminuyeron drásticamente. La posibilidad de un cambio de las políticas de financiamiento de fuentes alternativas de energía ante la inminencia de la asunción nuevas autoridades en la Casa Rosada es un elemento que los socios de Sica y sus partners españoles ven de reojo y los alienta a no desactivar totalmente un entramado productivo que costó varios millones poner en marcha.