Antes de fin de año habrá ácido hialurónico made in Rosario

Finalmente la empresa biotecnológica santafesina Diagramma y el Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos de Rosario (Iprobyq) firmaron el contrato marco para poner en marcha la producción de ácido hialurónico para cosmética en la Cuna de la Bandera. Un plan que fue anunciado el año pasado y que antes del cierre de 2022 dará como resultado la construcción de una planta piloto.

“Estaremos en condiciones de poner en marcha el primer fermentador de 200 litros antes de fin de año. Un objetivo que es fundamental ya que contamos con la expertise y la tecnología para escalar rápidamente a los 2.000 litros y a los 20.000”, explicó Enzo Zamboni, titular de Diagramma, en contacto con Punto biz.

El convenio integra como socios al Conicet y la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). “El acuerdo implica que la fabricación del fermentador corre por cuenta de Diagramma a través de TAV Ingeniería SA, unidad de negocio que se dedica a grandes proyectos en acero inoxidable y la planta piloto tal como se había anticipado estará en la sede del Oprobio en Rosario”, mencionó Zamboni.

El plan de inversión define un desembolso inicial de $60 M que ya casi es un hecho que se duplicará de acá a fin de año en el marco de la preparación de los procesos a escala industrial. “En Diagramma trabajamos con bacterias lácticas que se reproducen muy rápido y que ante cualquier problema de contaminación genera que haya que descartar toda la producción. Para el ácido hialurónico el procedimiento es diferente pero baja muchísimo la tasa de riesgo de pérdida de producción, por lo que estimamos que vamos a poder estar en condiciones de pasar de fase casi de inmediato”, mencionó el titular de Diagramma.

Sin impacto ambiental

El ácido hialurónico made in Rosario se produce sin impacto medioambiental. “Los métodos tradicionales se valen de ojos de peces, crestas de gallo y otros microorganismos que son patógenos para la producción industrial. En nuestro caso, creamos un proceso súper limpio: modificamos la bacteria gras que se usa para alimentación animal y humana y logramos que genere enormes cantidades de ácido hialurónico”, explicó el año pasado el bioquímico Hugo Menzella, director del Iprobyq, sobre el método logrado en los fermentadores.

El hito biotecnológico se concretó en colaboración con científicos europeos. “Por una lado profesionales de la Universidad Autónoma de Madrid, que aportó la cepa salvaje que nosotros modificamos y por el otro, la Universidad de Grenoble, en Francia, que se ocupó del control de calidad del ácido producido en el laboratorio”, mencionó.