Tienen la fórmula del bioplástico y salen a buscar socio industrial

Cuando emprendedores en el mundo de la biotecnología planifican una línea de trabajo, suelen ambicionar en convertirse en grandes jugadores. Frente a todo pronóstico, las socias de la biotecnológica Embio SA decidieron volar bajo y mantenerse en la faz investigativa. La firma viene de crear una plataforma capaz de generar bioplástico compostable a partir de fuentes de bajo costo de oportunidad, como el permeado de suero láctico, pero tienen en claro que es posible pasar a escala industrial. En esa dirección están tratando de colocar la plataforma tecnológica en cuestión, con el asesoramiento técnico incluido, en un jugador que sea capaz de invertir para pasar de las pruebas piloto a la dinámica fabril.

Como ocurre con muchos actores del sector biotech, cambiaron de rumbo a tiempo. “En pleno desarrollo del escalado tomamos la decisión de pasar de producir bioplástico con fines comerciales, para crear una plataforma de transferencia tecnológica. Mejoramos el proceso entendiendo que contamos con un sistema escalable y reproducible -algo difícil de lograr en estos tiempos- y estamos en condiciones de colocar todo el trabajo realizado en un jugador que tenga el capital para hacer crecer el desarrollo”, explicó la bioquímica Martha Avellaneda, una de las socias de Embio, junto a Martha Mirassou y Martín Filipone.

La startup está alojada en IncuVa, la potenciadora de proyectos bio que opera en la estación experimental Rafaela del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y allí también está montada la planta piloto. “Bajo un Convenio de I+D, un equipo interdisciplinario de profesionales y técnicos trabajan en el desarrollo del portfolio de bioplásticos. En la actualidad la planta en cuestión tiene 1.000 litros de capacidad”, indicó la profesional, en contacto con Punto biz. La firma consiguió puntualmente llegar a ese umbral de producto y definieron no pasar de esa raya.

“Para pensar en una escala industrial hay que hablar de biodigestores que generen al menos 80.000 litros y para acceder a ese techo hace falta un capital que Embio no tiene y le costaría mucho conseguir. Con la firma estamos concentrados en desarrollar nuevos métodos de fermentación para obtener bioplástico”, sumó Avellaneda.

“Comenzamos hace varios años con modelos productivos que utilizaban fuentes complejas para escalar y fuimos cambiando, desarrollando y optimizando los procesos llegando a modelos reproducibles que son factibles de escalar industrialmente, que es lo que se busca. Actualmente tenemos una plataforma donde tenemos procesos productivos en diferentes estadíos de desarrollo, los cuales utilizan diferentes fuentes de carbono de bajo costo y diferentes microorganismos. El modelo que registra mayor nivel de avance es el que tiene al suero láctico como materia prima fundamental”, resaltó.

No en vano la planta piloto de Embio está enclavada en pleno corazón de la cuenca lechera santafesina. “Nuestro objetivo es ofrecer a potenciales inversores un porfolio de procesos de producción escalable de diferentes bioplásticos de la familia de los denominados PHAs que reemplacen las prestaciones de los plásticos convencionales. La transferencia incluye el acompañamiento desde la producción de la materia prima (bioplástico) hasta la obtención del producto final; esto es una ventaja competitiva dentro del segmento ya que requiere de un expertise y un scope que la mayoría de las empresas no cuentan, en general venden las resinas y el productor debe realizar todos los desarrollos hasta llegar al producto final, siendo una limitación para la industria transformadora ya que al cambiar de material, debe realizar ajustes/pruebas/ensayos y contar con maquinaria y profesionales que no cuenta”, puntualizó.