Invirtieron para mejorar producción y esperan señales para ampliarse

Aunque es una impronta que está caracterizando al grueso de los actores en el ámbito industrial, los de la maquinaria agrícola en particular aguardan por señales claras del mercado que permitan dejar en el pasado los oscuros ciclos de la sequía. Meses que dejaron ventas por el piso y obligaron a las empresas a poner en juego estrategias para retener personal, incluso con poco trabajo, sabiendo que perder colaboradores capacitados puede ser un riesgo a largo plazo. Algo así caracterizó a la firma Fabrinor que retuvo el plantel e incluso habilitó nuevo equipamiento en fábrica mientras ahora espera por una cosecha que revierta las cifras del año pasado. En el medio se permiten pensar en nuevos proyectos.

“Al mal tiempo en cuanto a ventas, respondimos con inversiones. Venimos de incorporar un equipo de corte láser, tanto para el abastecimiento propio de piezas como para la tarea que hacemos para terceros. Es que la firma aseo servicios de corte y plegado, unidad de negocios que en tiempos de mucho volumen de producción en las plantas de región se mueve a un ritmo muy vertiginoso”, precisó Alejandra Campá, al frente de la compañía familiar con base en la ciudad de Armstrong.

Fundada hace 35 años, la firma nació como un pequeño taller para la fabricación de chimangos, chamiqueras, norias y aireadores. Hoy la empresa se mantiene en el objetivo de producir implementos para el tratamiento de semillas, acondicionamiento de suelos y otras actividades relacionadas con el sector. “Era necesario el nuevo equipamiento para hacer mejores terminaciones en nuestro portfolio de productos y también hacer más eficiente la tarea que generamos para terceros. Básicamente mejoramos la calidad y trabajamos en menos tiempo”, sintetizó Campá, hija de Vïctor, uno de los fundadores de la firma.

“Somos conscientes de que el panorama fue complejo. El año pasado hicimos importantes esfuerzos para mantener el personal, hecho que pudimos plasmar dejando de tercerizar en otras plantas algunos procesos que dado la baja en las ventas empezamos a completar con trabajadores del propio plantel en nuestras instalaciones. Ahora entendemos que la cosecha va a permitir mejorar la performance de los últimos ciclos y entendemos que hay una demanda cautiva en los actores del campo que se va a despertar”, sumó la industrial, en contacto con Punto biz.

Si las condiciones de la macro se dan como ellos pautan, la expectativa de los titulares de Fabrinor es poder invertir en una ampliación de la planta. “Por un lado los m2 destinados a producción y por el otro la cabina de pintura, son los sectores que pretendemos ampliar. Pero hablamos de una fase de proyecto. Estamos atados a que se den una serie de condiciones fundamentales como el repunte de los encargues”, expuso Campá. La firma empezó a operar en 1989, año en el que Vïctor Campá se asoció con Asaro Dovilio para iniciar Fabrinor.