Incertidumbre en Vicentin a horas de la caída de los contratos de fason

La decisión de la Corte Suprema de Santa Fe que le bajó el pulgar al plan de pagos concursal de Vicentin haciendo que el expediente vuelva a un tribunal de segunda instancia antes de un eventual cramdown fue el preludio de una semana de incertidumbre. Es que a medianoche de este viernes se vencen los contratos de fason que la agroexportadora tiene con los interesados estratégicos que le aseguran materia prima y por consiguiente mantienen activas las plantas de la firma. Ante la incerteza sobre lo que pasará a partir de marzo, los gremios que representan a los empleados están en alerta y no descartan un paro nacional aceitero.

Es que los referentes gremiales vienen de reunirse con la patronal a quienes apuntan por sembrar el pánico a los trabajadores. “La empresa Vicentin vuelve a promover el conflicto. Los dueños de Vicentin pusieron en duda el pago de los salarios de febrero, que es la principal obligación que tiene cualquier patronal”, expusieron en un comunicado tanto el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento de San Lorenzo (SOEA San Lorenzo), como la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA).

Los dichos de la compañía van en línea con lo que vienen declarando en la previa del fallo de la Corte, insistiendo en que si se caía el plan de pagos, la firma se quedaba sin giro diario para garantizar el funcionamiento de las plantas con la inminencia del vencimiento de los fasones, que le aseguraban mercadería para procesar.

Aunque no lo declaran oficialmente, desde la empresa entienden que las agrupaciones sindicales podrían haberse movido más activamente presionando para que la Justicia se inclinase hacia avalar el plan de pagos que, al margen de las quitas y la extensión de los plazos para los acreedores, aseguraba un futuro para las plantas de Vicentin.

En el sector de los agronegocios, por otra lado, cada vez hay mayores consenso al plantear que existe interés para las plantas de Vicentin por lo que hay quienes son optimistas en que la empresa exponga más temprano que tarde nuevos contratos de fason o con los interesados en apoyar el plan de pagos o con nuevos actores. En ese sentido, la única infraestructura que al parecer corre con algo de desventaja es la aceitera ubicada sobre la costa de San Lorenzo, aunque los entendidos insisten en que hay masa crítica para asegurar suministros en Renopack, la planta envasadora de última generación que tiene el grupo, la planta de Ricardone donde procesan girasol, las instalaciones para producir bioetanol y lógicamente Renova, aceitero que Vicentin tiene con Viterra (ahora Bunge).

Frente a ese horizonte, hay quienes consignan que la empresa lo que está haciendo ahora es tratar de sembrar el temor entre el personal y los gobiernos provincial y municipales como forma de visibilizar el derrotero que tomó el expediente judicial que llegó hasta la máxima magistratura en el fuero provincial.

“Si Vicentin no paga los sueldos, se iniciará un conflicto nacional”, insiste el parte de prensa, que además es muy crítico respecto de cómo fueron anoticiados de las dificultades de la compañía para abonar los haberes. “El encargado de anunciar la posibilidad de incumplir con la principal obligación patronal, que es pagar los salarios de quienes trabajan, fue el gerente de recursos humanos de Vicentin, Carlos Iglesias, que incluso llegó a mencionar la posibilidad de frenar la producción o cerrar las puertas. También participaron el gerente de Recursos Humanos, Mario Ferreyra, y miembros jerárquicos de la compañía como Daniel Buyatti y Eduardo Gazze, que mantuvieron un silencio sepulcral. El anuncio lo realizaron a pocas semanas de haber firmado un acuerdo en el que retrocedieron, gracias a una huelga contundente, tras su negativa a pagar la suma extraordinaria no remunerativa”, manifestaron.

Desde el ámbito sindicato remarcaron que “Vicentin se encuentra concursada y si realizara una cesación de pagos generaría una deuda del tipo post-concursal que llevaría a la empresa Vicentin a la quiebra, porque una empresa concursada no puede tomar nuevas deudas, según lo establece la Ley de Concursos y Quiebras. Si eso ocurre, pondrá en peligro unos 1.300 empleos directos y unos 1.700 empleos indirectos”.