El Gobierno declaró el fin del fenómeno climático de "La Niña"

La Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías declaró oficialmente la finalización del evento climático “La Niña” en Argentina, lo que implica el comienzo de la fase neutral del ciclo climático. A pesar de esto, los integrantes de la Mesa advirtieron que durante febrero pasado aumentó la superficie total afectada por la sequía y también las hectáreas que se encuentran en la condición de “sequía severa”. La producción agropecuaria fue fuertemente afectada por estas condiciones climáticas adversas, reduciendo drásticamente los rindes de producción.

La entidad integrada por especialistas señaló que el pronóstico presenta una muy alta probabilidad a que “se mantenga la fase neutral al menos hasta el inicio del invierno austral”. Durante febrero pasado, la superficie total afectada por la sequía aumentó en un millón de hectáreas, llegando a 173.626.316 hectáreas, de las cuales 11.500.000 hectáreas corresponden a cultivos. Además, hay 24.333.868 cabezas de ganado afectadas por las condiciones climáticas adversas.

Por su parte, el consultor privado en temas lácteos, Marcos Snyder, proyectó que la producción de leche podría caer en 2023 entre un 20 y 35%. Los especialistas han advertido que el aumento en la superficie en estado de “sequía severa” significa un empeoramiento de las condiciones en áreas que ya estaban afectadas, lo que se refleja en un incremento del impacto sobre sistemas ganaderos, cultivos y población. En el mes de febrero, las escasas precipitaciones y altas temperaturas volvieron a predominar en casi todo el país, especialmente sobre las regiones Pampeana y Litoral, agravando aún más las condiciones de sequía.

En este contexto, la Confederación Rural Argentina (CRA), una de las entidades que integra la Mesa de Enlace, emitió recientemente un comunicado con críticas al Gobierno y expresando su preocupación por la falta de políticas oficiales para ayudar a los productores, mientras que se plantea la problemática de la sequía a nivel internacional, especialmente ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Según la CRA, “resulta francamente paradójico que, mientras los productores bregan incansablemente detrás de mitigar los efectos catastróficos de la seca y deben enfrentar un elevado costo financiero para sostener la actividad, no haya un plan de contingencia para minimizar el impacto y/o para una eventual recuperación productiva”.