Argentina y la necesidad de incrementar producción sojera, ¿qué hace falta?

Nos encontramos ante la previsión de un récord mundial de producción global de soja, que de acuerdo a las condiciones actuales sujetas a reajustes permitiría superar por primera vez en la historia los 400 millones de toneladas.

Si bien esta dinámica tendrá un impacto a nivel local, sucederá algo que se encargó de resaltar Emilce Terré, economista en jefe del Centro de Investigaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). “Cualquier repunte, aunque sea mínimo en producción de soja argentina, será bien visto después del piso del que venimos tras la campaña 2022/23”, expuso la especialista el jueves durante el panel dedicado a los mercados en el seminario 2023 de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja) realizado en la entidad bursátil de Rosario.

Sólo la normalización de la producción argentina significa una oferta 28 Mt adicional a la campaña anterior. De acuerdo a la lógica de lo que se viene, el stock final mundial experimentaría en 2023/24 el mayor incremento interanual desde 2016/17 (+16%) a un récord de 119 Mt.

Pero mientras en el contexto internacional la soja se consolida como un commodity con números nunca antes vistos, Argentina se quedará con el premio consuelo de intentar torcer la performance decadente que terminó dándose a partir del encadenamiento de tres sequía profundas en las zonas productiva y la falta de políticas de fomento de la para motorizar el sector.

Si bien la seca no pegó como acá, basta ver a Brasil para identificar cómo a pesar de estar por debajo de los márgenes de humedad ideales, el país vecino selló una cosecha récord con cifras que seguirán en alza. En base a estimaciones de la propia Bolsa de Rosario, la Companhia Nacional de Abastecimento de Brasil (Conab) y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda), hoy Brasil tiene más de dos veces la producción argentina de soja, maíz y trigo, cuando en la década del ‘90 Brasil tenía en promedio un 1,6 veces la producción argentina de los tres cultivos.

Así, Argentina tiene una producción de soja, maíz y trigo que equivale a 3,2 veces la registrada en la década del ‘90 (si se toma como referencia la campaña 21/22) y Brasil una producción equivalente a 4,4 veces la que tenía en los ‘90, Es decir, Brasil no sólo acrecentó la diferencia de producción con Argentina en los últimos 25 ciclos de siembra y cosecha, sino que también creció más compitiendo con sus propios resultados del pasado. 

Este año Acsoja convocó bajo el lema “La cadena está preparada para un nuevo momento de la soja”. Actores del sector se concentraron en Rosario para debatir sobre los desafíos al interior del entramado productivo y, como se viene haciendo año a año, reclamar políticas públicas que se mantengan en el largo plazo. El ruego esta vez intentó visibilizar necesidades ante el cambio de gobierno. Ahora bien, si bien hubo coincidencias a la hora de reconocer que el productor argentino tiene la energía para generar más y mejor volumen de granos, se registró consenso a la hora de identificar que de los candidatos a la Casa Rosada, nadie hasta el momento logró profundizar en las acciones que pretende poner en juego para torcer el panorama aciago que registró el impulso sojero en los últimos años.

“Hemos tomado contacto con todos los partidos políticos, les hemos pedido justamente que nos puntualicen cuáles son las políticas para el sector y lo que detectamos es que están los anuncios que han realizado a través de los medios y muchas veces esos anuncios son para la tribuna, no son los que a nosotros realmente nos conforman porque lo que queremos es tener un mano a mano con cada referente del sector para que realmente nos digan, cómo van a resolver los desafíos que la cadena tiene para adelante. Hoy por hoy nos encontramos intentando pautar esa agenda”, indicó Elbio Laucirica, presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), en contacto con Punto biz al finalizar su ponencia junto a otros integrantes de la Mesa de Enlace Agropecuaria en la que se puntualizan las medidas necesarias en política económica para el crecimiento de la producción agrícola local. Del convite también participaron Jorge Chemes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Nicolás Pino, titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA).

Los tres dirigentes coincidieron en que los productores están mayormente endeudados, necesitan “financiación”, tienen “incertidumbre y no saben qué medidas tomar porque no llegan mensajes claros de quiénes van a gobernar (tras las elecciones de octubre)”. “La falta de previsibilidad es una de las peores medidas para el campo”, remarcó Chemes.

Aún en ese marco, Pino aseveró que, aunque el sector “está sin dinero”, frente a la perspectiva de un ciclo agrícola más llovedor, los productores “van a sembrar”. Aunque estimó que “las inversiones serán más reguladas”, situación que Chemes proyectó también para la ganadería de carne y de leche.

Remarcando la premisa del Seminario Acsoja 2023 de alcanzar una producción de 65 mill/tn de soja, Pino dijo que para ello tanto los productores como la industria necesitan “crédito” y resaltó las diferencias entre los sectores: “Hoy los productores cobran 270 dólares la tonelada de una soja que cotiza a 500 y, si no se apura a vender en estas dos semanas, la va a cobrar a 170 dol/tn”.

Nobleza obliga, hubo un candidato presidencial y un asesor cercano a otra aspirante a presidente que sí ventilaron algunos de sus proyectos en lo concerniente a agroindustria durante el evento de Acsoja. 

El actual gobernador de Córdoba y candidato a presidente por Hacemos Nuestro País, Juan Schiaretti, adelantó que “no hay ningún motivo para que Argentina en los próximos cuatro años no lleve a cero las retenciones a las exportaciones agropecuarias”. “Mi compromiso es: las retenciones a la soja van a cero en cuatro años, arrancando por una baja del 25% el 10 de diciembre porque tenemos que impulsar a que haya mayor producción no a penalizar la producción, esto es clave”, subrayó.

Además, consideró fundamental impulsar la industrialización, el agregado de valor de la soja que para Córdoba “es una economía regional”. En ese sentido, bregó por una ley de biocombustibles adecuada y opinó que el corte mínimo de biodiesel debería ser del 20% y luego ir aumentándolo. “Vamos a defender al sector agroalimentario con uñas y dientes”, cerró el gobernador.

Quien también dijo presente fue el ex jefe de Gabinete de Agroindustria durante la gestión de Mauricio Macri en la Rosada, Guillermo Bernaudo, que hoy es asesor en temas agropecuarios de la candidata a presidente Patricia Bullrich. Bernaudo ratificó la intención de eliminar las retenciones a las exportaciones agropecuarias, aunque dentro de un sistema de reducciones escalonadas. “El proceso no va a ser inmediato para la soja y los cereales, pero habrá un cronograma cierto que tendrá un plazo acotado de 4 o 5 años”. El cambio, aclaró, se concretaría “por ley a través del Congreso”.

Además, Bernaudo destacó la necesidad de “terminar con el diferencial cambiario que tiene un impacto salvaje en el negocio, en un camino muy rápido”.

Otra de las medidas que tomaría Juntos por el Cambio en caso de resultar ganador de las elecciones presidenciales, es la de sancionar una Ley de Semillas o modificar la actual (la vigente es de 1973) a partir de “un acuerdo de todo el sector”.

Y advirtió que Argentina “no tiene margen para pasar ni uno ni dos años más discutiendo este tema”, ya que, por la falta de inversiones en germoplasma o biotecnología, el país se ha retrasado en rendimientos y puede sufrir “un apagón tecnológico”.

El exfuncionario también aseguró que, en una eventual gestión de Patricia Bullrich, se enviará una versión mejorada de un proyecto de ley para establecer que cualquier limitación o prohibición a las exportaciones en Argentina solo pueda salir mediante aprobación del Congreso nacional y “no pueda ser atribución del Poder Ejecutivo nunca más”.

Eso sí, Bernaudo le restó chances a la posibilidad de que la Sagyp vuelva a ser Ministerio. “Lo importante es el plan general para el sector agroalimentario”, consideró.