Industriales siguen en pelea desigual contra productos chinos

Pero no todo es color de rosa en el diverso horizonte del mercado de las bicicletas. La industria nacional de bicipartes sigue mostrando deudas pendientes a la hora de producir insumos que inevitablemente deben conseguirse afuera.

Muchos de los productores locales no consiguen igualar en calidad equipos importados, dejando a los comerciantes que operan con deportistas más exigentes sin posibilidad de garantizar stock ni precio justo a ese cliente que está dispuesto a pagar hasta más de $10.000 por un rodado importado en medio del cepo a la mercadería extranjera. La inseguridad y las limitaciones de las ciclovías en Rosario también perjudican en algo las ventas, así y todo hay expectativas para las fiestas.

En reconstrucción

Aunque parezca mentira las tradicionales marcas de bicicletas rosarinas todavía intentan recuperarse de la década neoliberal cuando se destruyó la industria de las bicipartes.

“Nos queda un 30% de cada unidad que sigue siendo importado, cuando supimos producir rodados ciento por ciento nacionales”, precisa Ernesto Aita, titular de la cámara sectorial, sobre un elemento que termina encareciendo un precio final, que a veces no resulta competitivo en un contexto también marcado por el alto costo de ensamblar en Argentina.

“Una bicicleta playera hecha acá no baja de los $2.000, sobre un cuadro básico soldado en el país que cuesta $800 por separado. Frente a eso, un cuadro chino, con mejor acabado se consigue a $1.100. Los productos locales deberían ser mucho más económicos y no lo son, situación que también desaprovecha mercado”, puntualiza Di Rico sobre la estructura de costos que se dispara negativamente.