Desventuras de una pantalla que no anda ni sirve para autocine

No es la primera vez que la pantalla externa del Museo del Deporte protagoniza una polémica. Concejales de la oposición ya habían criticado la millonaria inversión en dólares que oportunamente realizó el ex gobernador Miguel Lifschitz. Ahora el tema vuelve a la agenda de la mano de los autocines, que regresaron a escena en el marco de la pandemia.

A finales de mayo, el edil de Cambiemos Agapito Blanco ingresó un proyecto para estudiar la factibilidad de proyectar películas en la pantalla de 400 m2 que mira hacia el parque Héroes de Malvinas, en parte de lo que fue el ex Batallón 121, en la zona sur de Rosario. El mismo fue aprobado en el recinto el 23 de junio, pero, como se sabe, a la fecha no hubo ninguna sesión de autocine.

La idea era sencilla y tenía fundamento: aprovechar la inversión de u$s 1,23 M que se hizo para comprar el dispositivo y ponerlo a disposición de la ciudadanía a través de un formato que ya tiene réplicas en todo el mundo, en el marco del cierre de las salas de cine tradicionales. Ahora bien, del dicho al hecho…

Primero el municipio se opuso porque implicaba que los autos estacionen sobre el parque y ello está prohibido. Las autoridades de Cultura se mostraron igualmente flexibles a cambiar esas normas, pero luego apareció el principal problema: la pantalla no funcionaba correctamente. 

Según explicaron a Punto biz desde el Ejecutivo santafesino, el artefacto presenta deficiencias en varias de las líneas de LED que lo componen. Algunas de ellas fueron reemplazadas con los repuestos que la empresa proveedora dejó en Rosario, pero el resto debe traerse del depósito. La compañía de proyecciones audiovisuales que ganó la licitación, Dinalight SRL, tiene sede en Buenos Aires.

“El producto está en garantía por al menos dos años más. Hay buena predisposición de la empresa, pero con esta situación de la pandemia no es tan sencillo montar el operativo para solucionar el problema”, indicaron, al tiempo que mencionaron que también están en contacto con el proveedor original del software, de origen chino, que viene haciendo diversas recomendaciones para optimizar el funcionamiento del dispositivo.

Uno de los consejos que desde Oriente dieron a la Provincia es que para evitar desperfectos, la pantalla tiene que tener un funcionamiento lo más continuo posible, hecho que claramente no se verifica, no solo ahora sino desde siempre. Desde que fue adquirida, en 2018, la pantalla se usó sólo en muy contadas ocasiones (las más recordadas, durante el último Mundial de Rusia). Un paupérrimo retorno de la inversión.