El Banco de la Bolsa saldrá al ruedo con un capital de $600 M

La Bolsa de Comercio de Rosario presentó en diciembre al Banco Central de la República Argentina (BCRA) su propuesta para la creación de un banco corporativo.  La autoridad monetaria tiene ahora 6 meses para contestar y en caso de que llegue la aprobación, la Bolsa tiene plazo de un año para abrir sus puertas, caso contrario tendrá que volver a pedir otra vez autorización al Banco Central. Así se lo confirmó a punto biz el vicepresidente de la Bolsa, Daniel Nasini, la semana pasada en Buenos Aires tras el anuncio de que la entidad bursátil le vendió 5% del Rofex a un fondo inversor europeo.

Como novedad, en los documentos que presentó la Bolsa figura que el banco saldrá al ruedo con un capital de $600 M, casi el doble de lo que tenía previsto en 2017 cuando empezaron a darle forma a la iniciativa que el ahora presidente en licencia Alberto Padoán puso sobre la mesa a finales de 2016. Claro está que en el medio el dólar saltó de $18 a $40. Lo cierto es que, según las normas bancarias, esos $600 M le darían al banco una capacidad de prestar $6.000 M. Se trata de una cifra más que interesante para el arranque de un banco de segundo piso (no atiende personas), pero no deja de ser un capital modesto para los números que se manejan en el sistema financiero argentino.

En los documentos presentados al Banco Central también queda definido que el 60% de las acciones los tendrá la Bolsa (el grueso a nombre de la entidad madre pero con una importante participación de sus mercados MAV y Rofex, y en menor medida RosGan) y el 40% quedará en un lote de aseguradoras del interior encabezado por Sancor Seguros, La Segunda y San Cristóbal. ¿Por qué el interés de las aseguradoras? “El seguro trae el crédito y el crédito trae al seguro”, reza un histórico latiguillo de los aseguradores. Y en rigor, la mayoría de las grandes casas aseguradoras globales están asociadas o integradas a bancos.

Precisamente, más allá de la total coincidencia de los objetivos marco (un banco de fomento para las empresas regionales con financiamiento accesible, estructura profesionalizada, ágil y chica, y sobre todo con poder de decisión en la región), los impulsores de proyecto todavía tienen que darle forma concreta a la estructura operativa y al plan de negocios. Y, sobre todo, generar “animus societati” entre las aseguradoras. Es que se trata de grandes compañías, con perfiles propios, que compiten fuerte entre ellas y con realidades distintas, por ejemplo Sancor ya tiene su propio banco y el resto no. Eso explica porque, dentro de un marco general, son distintas las lecturas que hacen en las aseguradoras del papel asignado al futuro banco. Con todo, la Bolsa –con su peso específico- tiene todo el expertisse para armonizar intereses privados, como ya lo mostró en el pasado cuando logró reunir con gran éxito en un mismo mercado (RosGan) a un sector personalista, de trato trabajoso y de alta competencia como son las casas consignatarias de hacienda.

Volviendo a los documentos presentados en el Banco Central, surge que el banco podrá designar hasta cinco directores. Testimonialmente figuran, por ejemplo, Eduaro Ripari (el ex presidente del Banco Municipal y quien está a cargo del proyecto) y Claudio Iglesias  (directivo de la San Cristóbal y ex presidente del MAV), pero no necesariamente los allí nombrados serán de la partida final. Es que, la idea central es que el directorio sea hiper-profesionalizado y full time.