Bunge justifica despidos argumentando que busca "empleados competitivos"

Bunge no cerrará su planta de Ramallo, pero sí buscará contratar "empleados competitivos" en el complejo sojero, portuario y de fertilizantes que tiene en el norte bonaerense. Así lo dijo el propio CEO global de la multinacional, Soren Schroeder, en el marco de la presentación del último balance trimestral de la compañía que se realizó ayer en Chicago.

La empresa descartó así las versiones que la propia Federación de Aceiteros hizo circular  luego de que se conociera que Bunge despidió a 60 empleados en Ramallo, conflicto que hoy está en conciliación obligatoria. En rigor, el complejo bonaerense es de los más modernos que tiene la empresa y nunca estuvo en el radar de los directivos desactivarlo.

Con las declaraciones del CEO, Bunge confirma que empezó a recorrer la misma senda que hace varios meses activó Cargill, cuando argumentó que los 40 despidos en las plantas de Villa Gobernador Gálvez y Bahía Blanca no significaban la eliminación de los puestos sino "cambiar el perfil de sus empleados".

En línea con los ajustes que están realizando mundialmente los principales traders acorde a un escenario de márgenes más ajustados para los traders y tras cuatro años de precios en baja, Bunge esta desde el año pasado en plena fusión internacional de sus estructuras operativas globales. Un achique que en Argentina impactó fuerte y directo en una primera etapa con la integración de oficinas y funciones con Brasil, el socio mayor en la unidad para América del Sur que está concentrando más tareas gerenciales y directivas.

El conflicto en Bunge rememora el reciente conflicto, todavía en marcha pero más canalizado, en la planta de Cargill de Villa Gobernador Gálvez, que decidió recomponer el perfil de su plantilla laboral, ya que tras despedir 40 trabajadores los puestos no se perdieron sino que se tomó nuevo personal. Bunge no informo si su reestructuración en marcha está en esa misma línea o es un ajuste con eliminación de los puestos.

Es llamativo que los conflictos estallen en las plantas que tienen como interlocutor sindical a la Federación Aceitera, que venía de cerrar una paritaria muy por encima del resto (el peón ingresante saltó de $25.000 a $29.750), un gremio más combativo que el Sindicato Aceitero de San Lorenzo, que tiene influencia en el norte del Gran Rosario. 

Balance trimestral

Sobre su balance trimestral, a diferencia de sus competidores, Bunge reportó pérdidas globales en el último trimestre. ¿Por qué? Apostó a que los precios de la soja subirían a medida que se distendieran las tensiones comerciales entre China y EEUU. Pero la guerra comercial escaló y la soja bajó mucho. "No es lo que hubiésemos esperado porque es un trimestre pico en sudamérica", dijo Schroeder.

Bunge, que fue objeto de un intento fallido de compra del rival ADM, dijo que la pérdida neta disponible para accionistas fue de US$21 M o 15 centavos por papel en el segundo trimestre, comparado con una ganancia de US$72 M o 51 centavos por acción un año antes.

La compañía compró grandes volúmenes de soja brasileña en el trimestre y tomó posiciones largas en futuros de soja para proteger los márgenes en caso de que no se implementasen las amenazas chinas de imponer tarifas a la importación de la oleaginosa proveniente de Estados Unidos

La pérdida fue parcialmente compensada porque el segmento de agronegocios de Bunge vendió un 3,4% más de granos, lo que elevó a más del doble la ganancia bruta de la unidad a US$354 M