Qué va a la esquina de Roca y Zeballos, donde supo funcionar Esperanto

Allí funcionó el supermercado Reina Elena y el salón de eventos Los Álamos, pero también el controvertido boliche Esperanto. Lo cierto es que el espacio de 3700 m2 en la intersección de Zeballos y Presidente Roca se reconvertirá por completo para albergar en principio un gimnasio, al que después podrían sumarse otras propuestas en sinergia con el centro deportivo como un bar o alojamientos para atletas. 

El lugar está en obras desde principios de enero y la idea es tenerlo operativo para abril. Se trata en concreto de Athlon, una cadena con 20 años de ruedo en la ciudad y dos sucursales bien plantadas en barrio Martin y por avenida Pellegrini. La nave que mira hacia Zeballos albergará salones grupales y la que tiene frente por Presidente Roca comprenderá salas de musculación, entrenamiento funcional y crossfit. También habrá lugar para una palestra de escalada, un kinder y un centro de entrenamiento cognitivo. En total se cubrirán unos 1200 m2 en esta primera etapa de proyecto. 

“Estamos poniendo aberturas gigantescas para que haya buena ventilación y todo el predio va a tener una orientación muy verde”, confiaron a Punto biz quienes están al frente del desarrollo, en su apuesta por revalorizar con este desembarco una esquina muy vapuleada. 

Los que circulen hoy por la zona podrán ver como avanzan las tareas y se trabaja a contrarreloj para cumplir con los plazos previstos. Todavía resta definir cuál será el “plus” del emprendimiento y que aspiran a integrar al rubro para el cual el espacio fue concebido originalmente. “Va haber un bar saludable casi seguro y lo que estamos tratando de hacer es que todo lo que incorporemos esté familiarizado con el gimnasio. En principio, habíamos pensado en un coworking como otra unidad de negocios, pero no tenía mucha factibilidad”, explicaron. Lo cierto es que barajan varias alternativas, aunque no haya nada cerrado aún más que este primer estadío de reformas. 

“La idea es brindar toda una serie de servicios que hoy en Rosario no existen”, puntualizaron. El inmueble estuvo desocupado por tres años y fueron varios los jugadores que lo sondearon. Sin embargo, muchas de las propuestas no cuajaron en función de los nuevos aires que querían darle al espacio, lejos del supermercadismo y la gastronomía. “Nos estamos acomodando todavía con algunas cosas, pero creemos mucho en el proyecto y en hacerlo caminar bien en esta zona”, sostuvieron.