Metalúrgica bajó persiana y con ella fracasó un robot para el campo

Corría junio de 2021 cuando Punto biz reflejaba la idea que gestada un técnico electromecánico y un robótica: se trataba de Lumier, un dispositivo autónomo capaz de fulminar hongos de frutales mediante tecnología UV. Pensado para los productores de frutilla, si bien la iniciativa logró financiamiento del Programa Innovar 2020 de la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación (Asactei), la falta de aporte privado socavó cualquier chance de continuar.

“Lamentablemente el proyecto no lo pudimos llevar a cabo, El escenario post pandemia complicó el escenario, buscamos inversores por todos lados y nosotros ya no pudimos  sostenerlo. Lo digo con mucho dolor, porque en su momento estaba muy ilusionado, con ganas de pasar de la escala piloto a la comercial”, planteó, con nostalgia, Patricio, uno de los socios de Lumier, en contacto con Punto biz.

El proyecto Lumier en realidad había nacido como desprendimiento de una empresa metalúrgica que fundaron ambos socios y que se especializaba en el desarrollo de dispositivos automatizados a medida de clientes sobre todo del rubro agroindustrial. Precisamente el trabajo en el establecimiento de un producto frutillas de Coronda fue el que derivó en el desarrollo del robot.

La iniciativa de Lumier contó originalmente con el respaldo de docentes de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) que ya vienen experimentando con tecnología UV para el combate de la botrytis, un hongo muy común en las frutas que habitualmente se combate mediante la aplicación de fitosanitarios.

“Si bien se canalizó un primer aporte de la agencia, la disposición del resto del dinero estaba en línea con el avance en la gestación del plan de trabajo que se truncó precisamente porque nos faltaban más aportes. Con mi socio no pudimos avanzar porque también se pararon los encargues de nuevos dispositivos que eran clave para financiar el robot”, indicó el ingeniero que en el marco de la actividad metalúrgica concretó operaciones con clientes de peso como la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).

Dedicado hoy a liderar la planta fabril en una compañía que se dedica a la producción de cocinas, el hombre que vio nacer y perecer a Lumier asegura que todavía está de duelo por la iniciativa que no caminó. “Fue una vida corta pero un proceso de aprendizaje muy intenso. Quién te dice que en un futuro se retome”, puntualizó.