Los mejores autos clásicos del Gran Premio Histórico 2023

El Gran Premio Argentino Histórico, un certamen tradicional que rememora los grandes premios de otros tiempos, celebró dos décadas desde su primera edición. Todo nació cuando un grupo de amigos fanáticos del automovilismo tuvo la idea de hacer su propio gran premio.

Lo que parecía solo una loca idea fue tomando forma y este año la edición aniversario comenzó el 30 de septiembre en la Sede Central del Automóvil Club Argentino (ACA), organizador de la prueba, ubicada en la Ciudad de Buenos Aires. Culminó en Villa Carlos Paz el 6 de octubre, según informa el sitio TN.

Este año, el recorrido de la caravana de autos de otras épocas incluyó el paso por Junín, Villa General Belgrano, Catamarca y San Juan, para luego llegar a la ciudad cordobesa, donde se realizó la clásica ceremonia de premiación.

La competencia tuvo la participación de más de 150 máquinas (cada una con su piloto y copiloto) pertenecientes a modelos históricos nacional e importados producidos entre las década del 30 y el 80. Hubo autos para todos los gustos.

El modelo más antiguo de la última edición del Gran Premio Histórico fue un Chevrolet Coupé de 1937, que tuvo que abandonar la prueba. En el otro extremo, un Porsche 911 Carrera de 1985 fue el auto más moderno de la prueba, además de ganar la categoría de “Invitados”.

También estuvieron presentes clásicos infaltables como los Chevrolet 400, Citroën 2CV, 3CV u Ami 8, Fiat 125 Berlina, 128, 600 y 1500 (Berlina y Coupe), Ford Falcon, Peugeot 403, 404 y 504, Renault 12, 18 y Fuego, Torino Coupe 380 y Volkswagen Escarabajo.

Por su parte, los pilotos y copilotos participantes eran oriundos de las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Cubut, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Santa Fe y Tucumán. También hubo binomios de Paraguay y Uruguay.

La clasificación general dio como ganador al equipo integrado por Edgardo Ignacio Vergagni (piloto), Victor Sorrentino (copiloto) y un Peugeot 404 de 1977. Segundo terminó el binomio Castelli-Quattrocchi con un Fiat 128 y Gauto-Meier y su Volkswagen Passat de 1981 completaron el podio.

De loca idea a la realidad

Cuando hace más de 20 años surgió la idea de esta prueba entre amigos, al principio parecía un tanto lejana. Sin embargo, el aliado natural estaba al alcance de la mano y nadie dudó en proponerlo: el Automóvil Club Argentino tenía que ser el organizador. Los planetas se alinearon, en gran parte porque en ese grupo de soñadores llamado Torcuato Racing, dos figuras históricas tenían llegada directa a la entidad: el ing. Rafael Sierra y Jorge Augé Bacque.

Darle forma a la idea, cómo “dibujarlo”, qué autos se aceptarían, cuánto ripio se utilizaría, si se respetaría el recorrido de entonces -estamos hablando de los años ‘60- y qué sistema de velocidad regulada se utilizaría, fueron los puntos importantes a tener en cuenta.

En aquellas primeras ediciones, se respetaron de modo bastante estricto tanto la aceptación a rajatabla de los autos cuanto el recorrido original. Así, con largada nocturna incluída frente al edificio central, la primera etapa culminaba en Villa Carlos Paz, como en los viejos tiempos. Luego, San Juan, Catamarca, Tucumán, La Falda y la tradicional llegada en Arrecifes para redondear una aventura evocativa de proporciones.

Ese primer Gran Premio Histórico permitió volver a ver autos cuya memoria popular tenía olvidados, como los NSU, Mini Cooper, Lancia, Alfa Romeo, Mercedes Benz, Volvo, Ford Cortina... por nombrar solo algunas marcas, sumado a los tradicionales Fiat, Peugeot, Torino, Auto Unión, De Carlo BMW y tantos más. Verlos trepar por las cuestas del Noroeste, fue un espectáculo imposible de olvidar para quienes lo pudieron vivir.

Hoy, el Gran Premio se encuentra consolidado en el calendario de competencias históricas de Sudamérica, a pesar de los cambios y mutaciones que estos 20 años le produjeron, con ajustes de recorridos y la ampliación del límite impuesto para los autos, que de 1967 como fecha límite inicial, hoy se aceptan autos hasta 1981.

La edición 20 Aniversario tuvo un recorrido acorde con lo que se celebraba, incluyendo dos caminos espectaculares en la provincia de Catamarca, la Cuesta del Portezuelo y la de Singuil, sumados a los sinuosos serranos de Córdoba y los increíbles recorridos sanjuaninos.

Además, cabe mencionar, que durante la época del GP original, los TC y los Standard -así se llamaron los Turismo al comienzo- compartieron la prueba durante 3 años, desde 1957 hasta 1959. A partir de 1960, el TC siguió con su tradicional prueba en solitario, y los Standard -luego Anexo J Internacional- comenzaron con la suya del mismo modo, pero con un recorrido propio que transitaba por caminos norteños.

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