La rompió con sus tortas en La peña de Morfi y ahora va por el local propio

Desde el 2000 a esta parte, Angelina Astegiano hizo de todo: vendió alfajores para pagarse los estudios, dio clases de pastelería, participó de un reality en México -El desafío de Buddy: Latinoamérica-, la rompió con sus tortas en La peña de Morfi y ahora va por el local propio. El corolario de años en un rubro que ha forjado una gran reputación y que se fortaleció al calor de las patisseries (locales boutique especializados). 

Con este curriculum, Angelina se prepara para cortar cintas de su negocio -homónimo- por calle Jujuy al 2000, en pleno barrio de Pichincha, para el que forjó alianza con Río Helados. El espacio, de 27 m2 y formato take away, ya había sido ocupado por dos heladerías y calzó justo a la medida del proyecto. Compró el fondo de comercio, le sumó mostradores y una propuesta tripartita: pastelería, heladería y cafetería. ¿Qué vas a encontrar? Desde muffins, donas y crumble cookies hasta tortas clásicas, preparaciones “estrella” y cannolis con helado. 

“La idea es tener una identidad marcada dentro de lo que es la propuesta hacia la calle porque podés vender un montón en redes, pero a la gente le sigue gustando el local físico para ver las cosas y probarlas. Soy de la vieja escuela”, confió Angelina a Punto biz. 

Su fuerte son las tortas con estructuras de muñecos, las mismas que la llevaron a La peña de Morfi para agasajar la trayectoria de Los Palmeras con un colectivo gigante de masa a control remoto. El living de la familia Argento o un mate y una pava para Landriscina fueron otras de sus creaciones que salieron al aire, así como una cancha con un partido simulado entre Boca y River, en la que incluso se podía jugar al fútbol con los dedos y después comerse hasta la pelota (que estaba hecha de trufas). 

La elaboración de los productos, por un tema de dimensiones, la concentrará en su casa y no descarta a futuro abrir una sucursal para que puedas sentarte a tomar un café con torta.

Angelina no le tiene miedo a los desafíos. Se había embarcado con su propia escuela de pastelería y hasta llegó a poner un pie en Buenos Aires, pero la pandemia obligó a recalcular la estrategia. Ahora tiene cable sobre la espalda, famosos que eligieron sus tortas y una oferta variada con la que buscará marcar la diferencia en Rosario. 

El paso por La peña de Morfi 

En 2017 un colega le pasó el teléfono de Guillermo Calabrese, quien por ese entonces estaba al frente del programa Cocineros Argentinos. Le escribió por WhatsApp, le mostró lo que hacía y enseguida él la contactó con un productor. En 2019 su teléfono había quedado en la agenda y así fue que la contrataron para hacerle un homenaje en forma de torta a Rosario en el programa que conducía Gerardo Rozín. Cuando retomó sus transmisiones de la mano de Jey Mammón, Angelina volvió al ruedo. 

“Me llaman para un homenaje a Los Palmeras por los 50 años y tenía que hacer una torta de esas que yo hacía en el reality, muy sorpresiva, muy loca, e hice el colectivo de la banda a control remoto en torta. Los productores quedaron maravillados, faltaba gente para que dirigiera la parte de pastelería en la cocina y me propusieron a mi. Fui la asistente de Mirta Carabajal en la peña hasta el año pasado”, repasó la joven emprendedora.