Levanta cabeza la maquinaria agrícola y el campo recalcula estrategias

En abril se patentaron 504 unidades de maquinaria agrícola (entre cosechadoras, tractores y pulverizadoras), lo que representa una suba del 89,5% en relación a marzo (266 unidades). Los números se desprenden del informe mensual que elabora la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) y la primera lectura es que el sector está empezando a levantar cabeza después de muchos meses magros. Aunque claro está que este dato representa solo a una parcialidad de los implementos agrícolas y hay que ver la película completa. 

En la comparativa interanual, el desfile de fierros registra una caída del 9,5%. Pero -nobleza obliga- las cifras de abril cortan con la racha para atrás. Después de un primer trimestre aciago, el empuje de Expoagro y la estacionalidad propia de un mes siempre clave para la cosecha gruesa parecieran justificar el repunte. 

Vale aclarar, por caso, que la evolución de los negocios tuvo un comportamiento diferente en cada uno de los segmentos. En abril se patentaron 66 cosechadoras (una suba del 88,6% comparado con las 35 unidades de marzo y del 12% interanual), hubo un crecimiento frente a marzo del 76,1% (450 contra 368) para tractores y del 218,2% (22 a 70) para pulverizadoras.  

“Probablemente en abril haya habido algunos patentamientos que no se venían dando, pero -desde mi punto de vista y sin tener todos los datos sobre la mesa- se sigue por debajo de la expectativa de ventas en general”, refirió a Punto biz Enrique Bertini, presidente de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma). 

Los próximos meses, con Agroactiva pisando los talones, definirán si arrancó una tendencia alcista de recuperación del mercado o solo hubo un buen mes dentro de un año de caídas. Eso sí: hay bastante buen semblante en el sector y seducen las líneas atractivas de los bancos, los créditos en dólares a tasas bajas y que las empresas financien.

Qué dicen las firmas del sector 

Santa Fe es la usina de maquinaria agrícola por excelencia y la temperatura se mide puertas adentro. Un recorrido de Punto biz por Crucianelli, Tanzi, Dolbi y Altina para analizar el reflejo de esos números. 

“A finales de marzo se empezó a materializar lo que ocurrió en Expoagro y a partir de abril comenzaron a hacerse realidad las líneas de crédito, la gente que tomaba o que solicitaba préstamos. Durante este mayo también estamos viendo la misma tendencia”, refirió Adrián Titarelli, gerente de Finanzas de Crucianelli. En el guarismo, el incremento de ventas de abril con respecto a marzo fue casi del 76% y en el interanual la suba registró un 21,8% (78 unidades comercializadas en 2023 contra 95 de 2024). 

Y agregó: “Veníamos para un repunte a diferencia de otros sectores de la economía. El agro ya sufrió la sequía y este año la cosecha fue relativamente buena”. Hay líneas de crédito atractivas y la empresa maneja como estrategia la financiación de venta directa de fábrica, con planes de pago que van hasta los tres años, y opciones de canje por cereal. 

Ignacio Tanzi, cabeza de la firma homónima, apuntó en la misma dirección: “Durante los últimos dos años no había condiciones para cambiar el equipo, ahora se está alienando el negocio y va funcionando muy bien”.

En el centro-norte provincial, por su parte, el humor fue fluctuando entre el estrés hídrico y la chicharrita que metió la cola.

“Algunos negocios se habían cerrado en Expoagro, pero por el tema de la chicharrita se tiraron para atrás. Nosotros somos muy de la filosofía de que necesitamos que al productor le baja bien y que haya dinero para que pueda invertir. Pero lo cierto es que los márgenes hoy se han resentido muchísimo”, precisó Esteban Pivetta, gerente de Marketing y Estrategia de Altina. Aunque el buen rinde de la soja hace que tenga “esperanzas de que todo cambie para mejor”. 

Para Elbio Dolzani, presidente de Dolbi, abril también les significó una leve mejoría. Pero reconoció que “las operaciones no son tan fáciles ni ágiles”. Es que la facturación pudo haberse mejorado, pero el flujo de caja está -sin dudas- por debajo porque hubo que salir a financiar más de lo habitual. 

“Estamos deseando que las condiciones climáticas acompañen. Acá en el norte si el algodón viene bien, trabajamos bien, pero si el algodón fracasa estamos más complicados. En algunas zonas se sembró tarde y hubo un estrés hídrico muy grande entre enero y febrero. Eso nos repercute mucho”, sostuvo. 

Se mira para adelante 

Hay un clima optimista -moderado, si se quiere- producto del dinamismo y la capacidad que tiene el sector agropecuario.

“Creemos que va a venir un tiempo mejor porque se está sembrando mucho trigo, y ahora para la soja también están dadas las condiciones. En la zona núcleo ya llevamos la misma cantidad de precipitaciones de lo que llovió el año pasado”, remarcó Tanzi. 

Para Dolzani, habrá un mejor año en cuanto a rendimiento, pero el productor “viene castigado y es muy cauto”. De hecho, en 2023 estaban con fechas de entrega a cuatro o cinco meses y en 30 días ya tienen productos para entregar y líneas con disponibilidad.

Titarelli precisó que todas las máquinas que están fabricando están comprometidas para clientes finales (dos o tres meses de entrega) y no producen para stock. Y subrayó: “Empiezan los comentarios de que podría no ser un año tan bueno como el que se esperaba, entonces tal vez eso pone alguna luz amarilla, pero todavía no hay inconvenientes en las ventas y seguimos con la misma estrategia”.