Fin del cepo y precios bajos, ¿el campo le mete un freno a la venta?

Mientras el Gobierno nacional insiste en que el agro será una de las locomotoras que empujen la economía este año, del otro lado del mostrador la mirada es más cauta. Productores, exportadores y analistas coinciden en que el arranque de 2025 está lejos de ofrecer el escenario prometido.

La nueva flotación del dólar enfría la dinámica del mercado de granos, los precios internacionales -en especial de la soja- cayeron con fuerza, y las medidas concretas para mejorar la competitividad todavía no aparecen. A ello se suma que el presidente Javier Milei le aconsejó al campo que “liquide” porque no renovará la rebaja de las retenciones que rige hasta el 30 de junio.

Punto biz dijo presente en el primer remate de soja del año que se realizó en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), y aprovechó la oportunidad para charlar con los productores. Si bien celebraron el evento como un clásico del calendario agropecuario, la mayoría dejó entrever que solo liquidará lo necesario mientras espera definiciones sobre el dólar y las políticas fiscales. Es que hay un piso de liquidación que todos los años se necesita, que es el recupero de los créditos a pagar por el financiamiento de la cosecha. 

“Estamos vendiendo lo justo para pagar cuentas. Con estos precios y este dólar, no hay mucho margen”, deslizó un productor del sur de Córdoba. Con el dólar flotando entre bandas, se impone la reserva: cerca del piso ($1.000), se espera; cerca del techo ($1.400), se vende.

El tipo de cambio planchado no sería un inconveniente para el agro si se avanzara en reducir impuestos y cargas laborales. Al menos así lo sugirió un productor de Villa Constitución: “El discurso de que el campo va a motorizar la economía suena lindo, pero en la práctica seguimos sin incentivos reales como retenciones cero”. En Pergamino comparten esa visión: “Por ahora vendemos lo mínimo para cubrir gastos, y la noticia de que vuelven a subir las retenciones no nos alienta”. Esta prudencia, compartida por la mayoría de sus colegas, refleja una necesidad de proteger el margen más que una estrategia meramente especulativa.

La soja, que históricamente lidera el ingreso de divisas al país, cotiza por debajo de los u$s290 la tonelada. Apenas un año atrás superaba los u$s370. La sobreoferta mundial, con una cosecha récord en Brasil, arrastró los precios a la baja y complicó a los exportadores argentinos, que además siguen lidiando con una presión impositiva pesada. 

En ese sentido, vale la pena observar que el primer día de negocios tras la salida del cepo se registró un fuerte aumento en las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) por parte de los exportadores de granos: totalizaron 1.879.707 toneladas (considerando todos los granos), lo que respondió a la expectativa de un salto del tipo de cambio y de los consiguientes incrementos en los volúmenes de ventas por parte de los productores, algo que finalmente no se registró. En las jornadas siguientes, los volúmenes de ventas al exterior se normalizaron acercándose a los de negocios previos, mientras que las ventas de los productores se mantuvieron en niveles muy similares a las anteriores a la apertura del cepo cambiario. 

Cómo vienen las ventas 

Mientras avanza el ritmo de cosecha y se van llenando de camiones los puertos, la dinámica de venta de granos viene más lenta que en años anteriores. 

"Este año hubo muy pocas ventas anticipadas, la cosecha fue muy complicada desde lo climático y hasta último momento no se sabía qué cantidad de volumen ibas a tener.  Los precios eran bajos, después se acomodaron, pero se vino la cosecha y la sobreoferta mundial los hizo bajar de nuevo, con lo cual la gente no vendió mucho", refirió a Punto biz el consultor y analista de mercados Dante Romano. Y graficó: "Estamos en el 9% de soja y deberíamos estar más cerca del 15%, y en alrededor del 12% del maíz cuando deberíamos estar en el 20%". 

Además agrega un dato clave que termina de explicar por qué los productores de soja tienen hoy un panorama menos atractivo que antes. Aunque el tipo de cambio es libre, quedó por debajo del dólar blend que permitía liquidar un 80% de las divisas provenientes de exportaciones al dólar oficial y el 20% restante al dólar financiero, ya sea contado con liquidación (CCL) o dólar MEP.