Estrenó planta modelo en Córdoba y prepara inversiones para Santa Fe

Pasada la polémica que generó la necesidad de trasladar la producción de provoletas desde el área urbana de Rufino, el empresario lácteo Enrique Bianchi al frente de la firma Parrilac, está a punto de intervenir la vieja estructura donde ya no se procesa fluido. El plan ahora es el de hacer el trozado de los quesos que se elaboran a 60 kilómetros de la ciudad del sur santafesino, en territorio cordobés.

Desde hace ya 6 meses Parrilac produce la mercadería que antes hacía en Rufino en el parque industrial de Laboulaye. La mudanza de localidad se precipitó ante la ausencia de terreno apto para levantar el nuevo emplazamiento en la bota santafesina. “Nos tuvimos que mudar obligados, primero porque la vieja planta láctea de Rufino generaba problemas con los vecinos, pero nos fuimos a Laboulaye porque en Rufino nunca pudimos conseguir un sector apto para invertir en la nave que sí montamos”, se lamentó Bianchi, en contacto con Punto biz. No obstante, el hombre asegura que “lo peor ya pasó y ahora que contamos con la nueva estructura fabril operativa empezamos con un plan para jerarquizar lo que quedó en Rufino”.

Tal cual había esbozado ante este medio el referente de Parrilac a principios del año pasado, avanzan ahora en un master plan para transformar la vieja unidad productiva de Rufino en una planta trozadora. “El queso va a llegar elaborado desde Laboulaye y como la distribución se centraliza en Buenos Aires, articulamos un esquema a través del cual se desandan los 60 kilómetros desde la ciudad cordobesa a la localidad santafesina a través de la Ruta Nacional 7 y en Rufino se fraccionan y envasan las provoletas para moverse luego por la misma ruta a la Capital Federal donde está la administración de la compañía”, describió Bianchi.

La vieja planta de Rufino fue inaugurada hace muchas décadas atrás por Valle de Uco SA, una desaparecida firma láctea que envasaba leche fluida con la marca Gurí. El establecimiento se transformó luego en elaborador de quesos a partir de la compra del inmueble por la familia Suita, históricos maestros queseros de la zona. La explotación productiva continuó hasta que Bianchi se hizo cargo de la planta con Parrilac. A partir de ese momento adaptó el establecimiento para hacer específicamente provoletas que empezó a ubicar en parrillas de Capital Federal y Gran Buenos Aires con la marca Nonna Pía.

El negocio creció y Bianchi empezó a vender sus provoletas envasadas al vacío en grandes cadenas de hipermercados como Carrefour, Coto y Makro. “Hoy estamos en las cadenas líderes, hecho que nos permite sopesar la falta de demanda de los restaurantes y parrillas que con la baja de la clientela bajaron los pedidos. La gente ya no va a comer afuera, pero el asado con la provoleta lo hacen en casa”, agregó el empresario.

“Lo cierto es que en Rufino quedaron 50 empleados que ahora se dedicarán al trozado. Eso significa un desembolso importante para adaptar la vieja planta con líneas de corte y envasado”, expuso el titular de Parrilac. La hoja de ruta incluye inaugurar la infraestructura en Rufino antes de fin de año.