En el básquet y en la empresa, la carta ganadora es el equipo

Uno de los grandes desafíos de las empresas es consolidar grupos genuinos de trabajo. Más aún en épocas de cambio, que requieren una cuota alta de “entrenamiento” para la adopción de procesos y habilidades nuevas: si el trabajo no es colectivo, no se llega a buen puerto.

Desde su constitución, cualquier equipo parte de la necesidad de alcanzar una meta u objetivo común. Cada integrante debe desarrollar sus competencias en forma óptima pero, a la vez, debe colaborar con sus pares para favorecer al conjunto. El deporte lleva al límite esta máxima, que también vale para cualquier ámbito de trabajo: dentro de la cancha y de la empresa, al resultado nunca lo define un solo jugador.

Juan Ignacio “Pepe” Sánchez sabe, y mucho, de trabajo colectivo. Referente de la llamada Generación Dorada de básquet, fue base del equipo campeón olímpico en Atenas 2004 y hoy puede llevar el aprendizaje de esta extraordinaria experiencia de vida a la gestión profesional. Es uno de los que mejor manejan el blend entre los mundos deportivo y corporativo. “La Selección Argentina de básquet que integré fue cambiando de nombres pero igual logró mantenerse en el tiempo con buenos resultados. Hubo que sobreponserse a las renuncias y desarrollar la capacidad que tenemos las personas de ponernos un paso por detrás de los objetivos grupales.

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