El después de la pandemia: cómo está hoy el negocio de los gimnasios

De la mano de un público que apunta a incorporar cada vez más rutinas de vida saludable y del impulso de volver a la normalidad y retomar la actividad recreativa y social después de la pandemia, los gimnasios están viviendo una verdadera oleada de aperturas. 

En el último tiempo abrieron por lo menos una docena de centros de fitness en distintos puntos de la ciudad: Training Center se expandió con nuevas sucursales y llegó al Hipódromo, un clásico del barrio de Fisherton como Estación Club cortó cintas en Puerto Norte y sumó coworking a la sede de 3 de Febrero al 1300, y Athlon -que ocupó la céntrica esquina de Presidente Roca y Zeballos- ahora tiene planes de ampliación. Además, desembarcaron cadenas como la brasileña Smart Fit, que abrió en el hotel Savoy, y Bigg que plantó bandera en Puerto Norte. Y un peso pesado del negocio a nivel nacional como SportClub puso un pie en Funes, en Estancia Damfield. 

Fue el de los gimnasios quizá el rubro que más sintió el cimbronazo de la cuarentena dura, al punto de convivir con limitaciones como el uso de barbijo en la práctica de actividad física. De hecho, hubo cierres que hicieron ruido como el del céntrico gimnasio Body Club que si bien sobrevivió a la cuarentena estricta y las restricciones, las secuelas económicas que dejó el parate hicieron que su dueño decidiera bajar la persiana a principios de 2022. Hoy, el fitness vuelve a ser negocio y las altas comienzan a superar a las bajas que dejó el Covid. 

Fue significativo en su momento el crecimiento del deporte outdoor. La pandemia enseñó que para hacer ejercicio no era necesario entrar a un gimnasio y muchos arrancaron con clases virtuales o al aire libre; la segunda una práctica que todavía se sostiene y con la que comulgan muchos rosarinos. Basta con pisar alguno de los parques para encontrarte con grupos diversos a lo largo y ancho. Se sumaron nuevas necesidades al mercado y hubo que salir a capitalizarlas. Algunos gimnasios sacaron a sus profesores a la calle y le encontraron la vuelta para seguir operativos. 

En la primera etapa, las clases virtuales fueron el recurso que concentró la atención. Más adelante, el pelotón deportivo salió a las plazas y parques. Ahora -aunque esas dos modalidades conviven- el público volvió a volcarse al gym. Eso sí, el espacio al aire libre dentro de las instalaciones se revalorizó y forma parte de la nueva reconfiguración. También aumentó el uso de las salas de musculación y se lo atribuyen a que “la gente no las tuvo en pandemia”. 

Las promociones y ofertas están a la orden del día y, por lo general, se enfocan en premiar a quienes se comprometen por mayor tiempo. Así, algunos lugares ofrecen 12 cuotas sin interés o la posibilidad de no abonar matrícula o el primer mes del plan si se compra un pase anual. Otros reducen el valor de cada cuota mensual cuando el usuario compra todo el paquete. Megatlon, por citar una cadena, otorga una membresía y descuentos especiales para quienes fueron clientes y están pensando en volver a la actividad. Es cierto que la crisis económica y la incertidumbre cambiaria golpean los bolsillos y dificultan la posibilidad de costear el pago.