Del río al pozo: Santa Fe va por el negocio de la arena en Vaca Muerta

“Somos una provincia minera”, dijo Lucas Torresetti, gerente general de WK, la empresa fabricante de caucho y plástico e integrante del departamento de minería de la Unión Industrial Argentina (UIA). Esa convicción no es forzada, sino que parte de la idea de que Santa Fe cuenta con una materia prima clave para el proceso industrial minero como es la arena proveniente de su amplio frente costero sobre el Paraná, un nicho que aún está poco explotado y que mueve u$s 11 mil millones al año.

Con la intención de fortalecer ese ecosistema de empresas santafesinas que sean capaces de proveer al sector de petróleo, gas y minería, la comisión de Industria de Federación Gremial armó esta semana un meeting empresarial, que fue un ida y vuelta para intercambiar experiencias entre empresarios de distintos rubros que ya están integrados a esta cadena y quienes quieren serlo y no saben por dónde arrancar.

Torresetti explicó que Santa Fe puede identificarse como una provincia minera de tercera categoría, porque es un territorio donde se pueden extraer áridos, la arena de fractura que es esencial para el proceso minero y petrolero, un negocio del que la provincia puede ser parte, y que hoy dominan Río Negro y Entre Ríos, que tiene 12 canteras.

Por eso, la experiencia que acercó a la charla Germán Paniego fue clave. El gerente general de Gravas Argentinas, empresa de Río Cuarto (Córdoba) con sede en varios puntos de la Argentina y líder en el mercado de arenas tratadas y proveedor para Vaca Muerta, acercó un panorama claro sobre las oportunidades y los riesgos de integrar una cadena de valor tan exigente. “Todos pueden ser parte”, le dijo al centenar de empresarios que asistieron al meeting porque “la arena es un negocio de grandes volúmenes”, dijo y explicó que del 10% al 20% del costo total de un pozo petrolero lo representa este insumo.

Sin embargo, alertó que así como hay fuerte demanda, los costos de logística son altos y representan casi el 60% del valor del producto por eso es clave la ubicación geográfica.

La arena es un insumo que proviene del río, de las canteras o de yacimientos y en función de eso, tiene distintas clasificaciones. Para el fracking en Vaca Muerta se utilizan las de cílice.

Para la perforación de un pozo se utilizan entre 6 mil y 15 mil toneladas, el equivalente a 500 camiones de 30 toneladas cada uno. El año pasado se consumieron unos 4 millones de toneladas de arena y se prevé que este número se duplicará en 2025. “Es un negocio de volumen”, aseveró Paniego y Santa Fe tiene una gran oportunidad para participar de ese negocio dijo, entre otras cosas, por la buena calidad del producto que se obtiene del río.

Pero también advirtió que se trata de una actividad “con un altísimo costo”, no sólo en términos económicos porque requiere instalaciones e incluso laboratorios en las propias plantas industriales para garantizar que la arena alcance los estándares que demanda el sector de petróleo y minería, sino además porque “no es un negocio constante, la logística tiene un costo alto y hay que tener solvencia financiera para surfear los avatares de precios”, dijo. En definitiva, no es un negocio para improvisar.

Aun así, Paniego aseguró que “la demanda está y se va a duplicar” y alentó a los empresarios santafesinos a pensar estrategias de integración. “Nadie lo puede hacer solo”, dijo y consideró clave la participación del Estado como un socio para apuntalar lo financiero y la adecuación de las obras de infraestructura que faciliten la logística de traslado. Pero también fue claro sobre las ventajas de la provincia: “Santa Fe tiene muchas posibilidades de ser competitiva”, aseguró. Y dio un dato que alienta al mercado. “YPF ya manifestó que no quiere más la arena que proviene de Río Negro”, dijo al mencionar a la provincia que con una gran empresa (NRG) concentra el 60% de ese mercado de provisión de arenas de fractura para el sector hidrocarburífero.

“Es un negocio de largo plazo, hay que ser profesionales y tener un plan”, aconsejó.