Biotech con ADN rosarino hace las valijas y se expande

Darío Krapf y Mariano Buffone son científicos argentinos y los responsables de Fecundis, una startup con sello del Conicet y nacida a comienzos de 2020 que trabaja específicamente en cómo mejorar y acelerar el mecanismo por el cual los espermatozoides “aprenden” a fecundar el óvulo, haciendo más eficaces las técnicas de reproducción asistida vigentes. La biotech, que cuenta con laboratorios en el predio del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) y del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), promete hacer que los tratamientos de fertilización sean muchos más accesibles y aspira a la proyección internacional. Como parte de ese plan, ya tienen fichada la apertura de una nueva filial en el exterior.

“Estudiamos cómo la naturaleza logra que un espermatozoide tenga capacidad fértil y lo que descubrimos es cómo potenciar y acelerar ese mecanismo mediante farmacología. Ese es el objetivo de Fecundis”, explicó en contacto con Punto biz, Darío Krapf. A su vez, apuntó que la clínica reproductiva hoy en día dispone de mecanismos o procedimientos repetitivos y de muy baja eficiencia.

La startup está en vías de designar a una CEO, oriunda de Barcelona y la mayor referente a nivel mundial en la clínica reproductiva. Esto acompañará al plan de expansión internacional que tienen en carpeta, con la apertura de oficinas en la ciudad catalana. Si todo marcha bien y pasan la nueva etapa de prueba que se desarrolla entre Argentina, España y los Estados Unidos, Fecundis comenzaría a ofrecer sus servicios a partir de 2024.

“Lamentablemente todos conocemos personas que manifiestan estar en su segundo ciclo, en su tercer ciclo, o hasta en su cuarto ciclo. Entendiendo ciclo a la cantidad de procedimientos por los que deben someterse para quedar embarazadas”, expresó y calificó a la clínica reproductiva actual “como una trituradora de carne”, teniendo en cuenta la carga emotiva y física que supone atravesar estos tratamientos.

En este caso, Fecundis plantea una solución que hasta el momento no tenía precedentes en el mundo; acelerar y optimizar este proceso, haciendo posible que un embarazo asistido pueda ser exitoso sometiéndose a un solo procedimiento. A la vez, el objetivo central es abaratar costos, posibilitando que muchas más personas en el mundo puedan acudir a la fertilización asistida.

“Los resultados de nuestra primera prueba piloto en Argentina, superaron las expectativas. Obtuvimos más de un 60% de embriones con capacidad para transferencia uterina”, detalló Krapf y afirmó: “Si en las técnicas que se utilizan actualmente, se logra el tratamiento con tres procedimientos, gracias a nuestra tecnología se logra en uno”.

De este gran equipo, vale destacar a Matías Gómez Elías, quien se desempeña como director del laboratorio local. Lo acompaña, la Dra. Guillermina Luque, especialista en fertilización in vitro y una de las exponentes más importantes de la compañía.

En la actualidad, el deseo de tener un hijo por medio de las técnicas que existen tiene un costo promedio en la Argentina de $500.000 por procedimiento. Considerando lo anteriormente expuesto, una persona gestante debe someterse a más de un procedimiento para lograr quedar embarazada, lo que implicaría un desembolso superior a los $1.5 M. Con Fecundis ese monto se reduciría a la tercera parte, por lo que se calcula que con solo $500.000 puede lograrse un resultado exitoso.

Consultado por el potencial que Rosario tiene en cuanto a emprendimientos de carácter científico, Krapf destacó las iniciativas público-privadas como la alianza entre la biotecnológica Bioceres y la provincia de Santa Fe, cuyo objetivo es destinar US$300 M para crear 500 startups santafesinas de acá a 10 años. Además, el plan de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) de crear una incubadora brindando espacio físico a nuevos proyectos. 

Como contrapartida, reflexionó sobre los vaivenes económicos y sociales del país, que empujan a muchos talentos a escapar al exterior. “Se está dando una situación durísima en Argentina, principalmente por el problema argentino de los sueldos, que se da no solo con los científicos, sino en todos los rubros. El problema de la ciencia es que los científicos se nos van muy fácilmente”, aseguró y concluyó que “para un científico irse del país es muy fácil porque se va con los conocimientos en la cabeza. Es muy peligroso lo que está pasando, nos estamos quedando sin recursos humanos”.