Primer logro para nueva fórmula de reproducción asistida incubada en Rosario

Es un hito para la medicina reproductiva y con sello rosarino. Un bebé que nació en Argentina se convirtió en el primero en ser concebido utilizando una innovadora técnica que activa la capacidad de fecundar de los espermatozoides. Este método recrea en el laboratorio el proceso que se da naturalmente en el tracto reproductivo de la mujer. Denominado HyperSperm, fue desarrollado por Fecundis, una startup de tecnología médica que comandan los científicos e investigadores Darío Krapf y Mariano Buffone.

Fecundis es el resultado de más de 20 años de estudio de las razones por las cuales los espermatozoides adquieren capacidad fecundante. Mejorarla permite lograr que la asistencia reproductiva tenga menos fallas. En otras palabras, que las parejas no tengan que pasar por dos, tres o cuatro ciclos de tratamiento. Krapf y Buffone venían haciendo pruebas piloto en clínicas reproductivas en Rosario y Buenos Aires con muy buenos resultados. Y recientemente se anunció el nacimiento del primer bebé mediante la técnica que desarrollaron. 

“Hay un futuro auspicioso por delante para la biotecnología porque hay mucho trabajo científico que tiene valor traslacional”, aseguró Krapf en diálogo con Punto biz, al tiempo que advirtió que “es fundamental el desarrollo de la ciencia básica, que es la que permite la generación de conocimiento y formación de recursos humanos; el gran semillero que no se puede perder porque se derrumba el castillo". 

También señaló que es importante el apoyo a las startups y que hoy el sistema está en efervescencia, con incubadoras y aceleradoras como SF500 y GRIDX, sumado a la incubadora que está construyendo la UNR para darle lugar al desarrollo de startups, con gran apoyo de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas, casa de estudios donde él mismo se formó y es docente. 

Krapf volvió a la Argentina en 2011, después de completar un posdoctorado en EE.UU., en el marco de la repatriación de científicos de esa época. “No necesariamente quien hace el desarrollo científico impulsa su propia startup. El investigador hace su trabajo, pudiendo generar una patente para agregar valor a ese conocimiento”, aclaró. En su caso, la patente es del Conicet y la UNR, que licenciaron a Fecundis para su desarrollo. Mientras él lidera un grupo en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), Buffone lo hace en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme) de la ciudad de Buenos Aires.

El procedimiento consiste en tomar una muestra de esperma y tratarla, mejorando su capacidad fecundante, lo que a su vez permite optimizar un tratamiento actualmente de baja eficiencia como la inseminación intrauterina. El resultado son embriones de mejor calidad, de modo de evitar la repetición de tratamientos que son tan invasivos para la mujer. “Esto además reduce costos, democratizando el acceso a estos tratamientos”, apuntó. Por eso el lema de Fecundis es “one and go”: un proceso, un bebé.

“La situación del país condiciona todo; son necesarias políticas de retención de becarios en el sistema de ciencia básica”, admitió Krapf, y consideró que “los recursos destinados deberían aumentar dramáticamente. Ojalá se cumpla la ley nacional (de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación) para que en 2032 el presupuesto asignado, que hoy representa el 0,29% del PBI, alcance el 1% previsto”.