Abrió una sede en Brasil y profesionalizó la pyme familiar

“Las mujeres tenemos capacidad para manejar 800 temas al mismo tiempo, los hombres no”, definió Mónica Garro (58). Lo dijo para explicar cómo hizo para hacerse cargo de la empresa familiar con sólo 27 años y al mismo tiempo criar a dos bebés, pero la explicación bien puede traspolarse a la actualidad.

Este año tomó dos de las decisiones más trascendentales en la trayectoria de la empresa que pilotea hace 30 años: hacer pie en Brasil con la apertura de una sede cerca de su principal cliente, y profesionalizar la pyme familiar instaurando la figura del Comité Ejecutivo, que abre paso a una sucesión familiar en la que, hasta el momento, no asoma ningún miembro del clan al frente.

Con altibajos provocados por la situación macroeconómica del país y con la firme convicción de que había que virar el barco en otra dirección, Mónica decidió encarar un plan estratégico a corto, mediano y largo plazo, que comprendió una arriesgada movida: emplazar una nueva unidad productiva en Lages, estado de Santa Catarina, y muy cerca de donde está su principal cliente en el vecino país. “Lo viví con un vértigo total”, confesó, y contó que viajó al menos una vez por mes para seguir de cerca la marcha de las obras.

El balance 2022

“A nivel profesional e institucional fue un año muy grato porque tuvimos varios reconocimientos. Por un lado, fui invitada a un panel del Coloquio de Idea para hablar de economías regionales que salen al mundo, y además la empresa obtuvo un reconocimiento de la provincia como firma destacada en exportación. Es algo gratificante saber que te están mirando”, dijo en diálogo con Punto Biz, antes de adentrarse en un balance de lo que significó este 2022 para el Grupo Garro. “La empresa afrontó un gran crecimiento este año, lo cual nos demandó un esfuerzo muy grande desde el punto de vista financiero. También sacamos nuestra primera ON Pyme, que tuvo ofertas que superaron por seis veces el monto solicitado, lo que significa que la empresa está vista como confiable”, contó, aunque reconoció: “No todo fue color de rosa.

Los problemas de abastecimiento fueron enormes. Teniendo en cuenta que nosotros exportamos el 70% de la producción y muchos insumos vienen de distintas partes del mundo, tuvimos muchos problemas porque se demoraron las entregas por cuestiones logísticas y eso afectó la entrega a nuestros clientes. También nos causaron dolores de cabeza las trabas de las importaciones, pese a que tenemos un saldo propio muy favorable”.

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