Abrió el paraguas e invirtió fuerte en fierros para zafar de la devaluación

Cualquier empresa que lleve casi 90 años en el mercado argentino ha sobrevivido a muchas crisis económicas y tiene oficio en buscarle la vuelta a las épocas de vacas flacas. Es el caso de E. Gherardi e hijos, la fábrica de maquinaria agrícola y herramientas manuales de Casilda, que -luego de superar con creces una serie de afrentas financieras en años previos- aprovechó el 2023 para completar un plan de inversiones por u$s1,5 M, exclusivamente destinados a la compra de equipamiento para capitalizar su producción. 

¿El objetivo? Aprovechar que, con un dólar bajo, la maquinaria industrial estaba a precio de ganga y había que “quemar” los pesos en capital que sirva para pararse en firme luego, cuando el viento empiece a soplar en contra. “Sabíamos, como todos, que el precio del dólar no se iba a sostener mucho tiempo más, así que decidimos reinvertir las ganancias del 2022, que fue un año muy bueno, en equipos de última generación”, señaló Sofía Gherardi.  
       
Así, fueron renovando la plaza de maquinarias tras la adquisición de tornos, electrocompresores, electroerosionadoras, compresores, prensas, semicamiones, pantógrafos y cortes láser con potencia, entre otros equipos, que suman más de una veintena en el predio de 21 has que la firma tiene en Casilda. 

“Queremos seguir produciendo con el foco puesto en el mercado nacional, que es nuestro fuerte. Y la clave para eso es mantener la espalda financiera suficiente para ofrecer financiamiento de fábrica, que fue la estrategia clave del 2023, un año en el que se sintió fuerte el impacto de la sequía entre los productores”, subrayó la bisnieta del fundador, una de las representantes de la cuarta generación en la empresa. 

Si bien entre los objetivos de la firma también está con tilde verde el de abrir mercados internacionales, el reflector no está puesto ahí. “La idea es diversificar la producción para exportación. Nuestro principal destino de exportación es Rusia, hacia donde despachamos maquinaria desde hace muchísimos años, contra guerra y marea. Allí no sólo enviamos sembradoras made in Rosario, también hay productos que se terminan de ensamblar en la planta rusa”, detalló, y agregó que, así como Argentina tiene sus complicados bemoles, Rusia ni hablar. “Hemos recibido pagos en yenes y bitcoin porque hubo momentos en que no se podían triangular las transferencias que nos hacían”, recordó.

 De cara al 2024, la idea es no caer del lugar en el que están y esperar que el buen clima y la aparición de financiamiento terminen por cambiar la racha.