Transformar aceite vegetal usado es un negocio tan rentable como sustentable

El consumo anual por persona de aceite para fritura supone un descarte de 2,5 litros y su recuperación permite ser usado en un 100% para la producción de biodiesel. Tan solo un litro de aceite usado de cocina puede contaminar hasta mil litros de agua, por lo que su recuperación es clave para evitar la contaminación de los recursos hídricos y la posible infertilización de la tierra. Pero además, hay empresas que encontraron en el reciclaje de este insumo, tan habitual en los hogares y comercios gastronómicos, la posibilidad de generar un negocio redituable y con un modelo basado en la economía circular. Este concepto hace referencia a reutilizar materiales y productos existentes para destinarlos a la producción de otros o para extender su vida útil.

La clave está en que disponer este recurso para su reciclado no solo beneficia al medio ambiente al evitar que se vierta en cañerías, dañando ríos, mares y océanos, sino que además puede convertirse en materia prima para la producción de biodiesel, un combustible de origen natural, renovable y limpio. Su composición principal se basa, justamente, en lípidos naturales como aceites vegetales o grasas animales, lo que abre un mercado pujante para las empresas que puedan recuperar esta materia en grandes cantidades.

Según un estudio del Inta y la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), el biodiésel reduce hasta un 70% las emisiones de CO2 producidas por los combustibles derivados del petróleo, sirviendo como elemento para disminuir los gases efecto invernadero derivados del transporte. Son sus comprobados beneficios lo que convirtió a la industria de los biocombustibles en un sector dinámico en la economía argentina y de gran expansión en los últimos años. De hecho, Santa Fe es la provincia líder, concentrando el 80% de la producción de biodiesel del país.

El caso de DH-SH

Con base en la ciudad santafesina de Capitán Bermúdez, la empresa DH-SH es una de las principales del mercado en lo que es gestión y logística para el reciclado de aceite vegetal usado (AVU). Su trayectoria y dedicación al sector también le valieron ser la primera en presentar una investigación sobre generación de AVU en el país, junto con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA). 

El estudio presentado a mediados del año pasado arrojó que entre pequeños (generadores domiciliarios) y grandes generadores (comercios, industrias), se desechan al año casi 100 millones de litros de aceite vegetal usado. Los mayores responsables de esta mala gestión son los hogares que utilizan el aceite para freír comida. Según una encuesta realizada por la firma y la Facultad, más de la mitad de los argentinos que cocinan fritos, no separan este residuo.

En este sentido, los mayores productores de AVU son los comercios ligados a la gastronomía y las industrias, y son los que mejor gestionan su residuo. De hecho según la mencionada investigación, a más generación de aceite vegetal usado, más efectiva es la gestión del residuo. 
En algunos casos se encargan ellas mismas de gestionar su reciclado y acondicionamiento. Tal es el caso de Arcos Dorados, el mayor operador de restaurantes de McDonald's en América Latina y el Caribe que impulsa, mediante la

ayuda de terceros, un sistema de reciclado de aceite para procesar los más de 90 mil litros producidos de forma mensual por su red de locales. Su destino también es servir como materia prima para la producción de biodiésel.

De los 20 litros por año que se consumen en los hogares para alimentación, se genera un residuo anual, por persona, de 2.6 litros de aceite vegetal usado. Son 122 millones de litros por año producidos en el ámbito de los hogares, de los cuales 95 millones no se gestionan correctamente. A esos 95 millones se le suman unos 8 millones que descartan los grandes generadores como restaurantes, comedores, hoteles.

El estudio informa que apenas un 22% de los hogares recuperan este residuo en forma regular, el 25% lo hace en forma ocasional y un 53% nunca recupera el aceite una vez utilizado para freír. Aun así, un 73% de los encuestados presentó una alta motivación a la separación si se le facilitara el proceso y/o tuviera acceso a más información sobre cómo hacerlo.

Ser parte de la solución

En el último tiempo, tanto desde el sector privado como desde el sector público, se busca tener una mayor participación en la gestión del AVU. Es por esto que municipios de todo el país llevan adelante programas de gestión del aceite vegetal usado en sus localidades y muchas veces a partir del trabajo articulado con empresas, las cuales se encargan de la logística que supone la recolección, acondicionamiento y traslado a la planta industrial para su reciclaje.

DH-SH desde 2017 lleva adelante la campaña “Reciclá tu Aceite” que consiste en la recolección y acondicionamiento del AVU generado por comercios y hogares. Para esto, se encarga de firmar convenios con localidades de todo el país, los cuales contemplan la gestión para grandes generadores, la disposición de puntos verdes para que las personas puedan trasladar su aceite usado en botellas plásticas y campañas de concientización, con charlas educativas para escuelas y dirigidas a la ciudadanía. El aceite es recolectado y procesado para biocombustible en la planta de la firma en Capitán Bermudez, Santa Fe. 

Así como DH-SH, otras empresas también realizan un trabajo similar y de forma localizada. En todos los casos, las acciones se centran en fijar puntos de acopio del aceite vegetal usado y en resolver el traslado del mismo para su procesamiento. En lo que tiene que ver con comercios, el contacto suele ser directo, generando iniciativas específicas para que se sumen al reciclado y resolviéndoles la parte operativa que incluye el retiro del aceite por la sucursal.

Según señaló a Punto biz Antonella Druetta, responsable de Ambiente de DH-SH, por el momento cada provincia se regula a sí misma, mientras los municipios en particular dan curso a ordenanzas a las cuales empresas como la suya deben adherir para efectuar su trabajo. “En Santa Fe estamos habilitados como transportistas y operadores de este residuo, mientras que en las otras provincias tenemos únicamente el permiso de transportistas. Son las dos figuras que se contemplan por el momento”, sostuvo Druetta.

Pese a los avances realizados hasta ahora, expertos coinciden en señalar que todavía faltan más acciones tendientes a impulsar el reciclado de AVU a nivel nacional. Todavía no hay una ley que regule su gestión en todo el territorio, aunque el año pasado, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, que conduce Juan Cabandié, impulsó la aprobación de la reglamentación de la Ley n.° 25916 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para la Gestión Integral de Residuos Domiciliarios.

La normativa incluye la creación de programas especiales para la gestión de residuos especiales de generación universal (Regu), entre los que se encuentran aquellos provenientes del aceite vegetal usado y grasas. La medida también propone programas para promover la valorización de residuos, los cuales deberán contemplar los lineamientos y el ciclo de vida de las fracciones de residuos domiciliarios y la inclusión de los recuperadores urbanos en la gestión de residuos, fomentando así su integración al mercado posconsumo.