Rosarinos hicieron un descubrimiento clave para la industria farmacéutica

Un equipo de investigadores del Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos de Rosario (Cefobi), instituto de doble dependencia del Conicet y la Universidad Nacional de Rosario (UNR), acaba de alcanzar un hito científico con impacto global: demostraron que las bacterias multirresistentes a los antibióticos -conocidas como “súper bacterias”- no se comportan igual a lo largo del día, sino que siguen ritmos circadianos que las vuelven más vulnerables en determinados momentos.

El hallazgo, publicado recientemente en la revista científica Communications Biology, aporta una dimensión completamente nueva para pensar los tratamientos contra estos patógenos, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera una de las principales amenazas sanitarias y potenciales disparadores de futuras pandemias.

“Hasta ahora se creía que las bacterias se comportaban siempre igual. Lo que demostramos es que no: estos microorganismos tienen ritmos diarios y circadianos que regulan su fisiología y su capacidad de causar daño”, explicó a Punto biz la biotecnóloga rosarina Alejandra Mussi, investigadora del Conicet, doctora en Ciencias Biológicas y docente de Microbiología en la UNR.

El trabajo se centra en patógenos bacterianos multirresistentes —como Acinetobacter baumannii, Staphylococcus aureus o Pseudomonas aeruginosa— responsables de infecciones intrahospitalarias y comunitarias cada vez más difíciles de tratar. Según detalló Mussi, el equipo demostró que la luz y los ciclos día-noche modulan de manera rítmica el comportamiento de estas bacterias.

“Descubrimos que producen enzimas, forman biofilms o activan mecanismos de virulencia de manera distinta según el momento del día. En otras palabras, pueden ser más o menos patogénicas dependiendo de la hora”, señaló la investigadora.

Este comportamiento rítmico implica que las bacterias desarrollaron verdaderos “relojes biológicos” que les permiten anticiparse a los cambios ambientales, un fenómeno que hasta ahora se creía exclusivo de organismos más complejos.

Uno de los aspectos más prometedores del descubrimiento es su impacto potencial en la terapéutica. El grupo del Cefobi está demostrando que la sensibilidad de estas bacterias a ciertos antibióticos varía según la hora del día.

“La susceptibilidad a antibióticos como los betalactámicos no es la misma a la mañana que a la tarde. Hay ventanas de vulnerabilidad en las que el microorganismo es más sensible”, explicó Mussi. Incluso, esta variabilidad podría ayudar a explicar por qué, en la práctica clínica, antibióticos considerados obsoletos a veces vuelven a mostrar eficacia.

“Los médicos observan respuestas inesperadas. Una posible explicación es que el antibiótico se administró justo en el momento en que la bacteria tenía sus defensas más bajas”, agregó.

Ciencia hecha en Rosario, con impacto global

El trabajo es el resultado de más de 15 años de investigación liderada por Mussi en el Cefobi, con un fuerte protagonismo de jóvenes científicos y colaboraciones con laboratorios del país y del exterior, entre ellos los de Diego Golombek y María Laura Migliori en Buenos Aires.

“Fue un esfuerzo enorme del equipo. Hubo noches enteras en el laboratorio tomando muestras a distintas horas y viajes constantes para usar equipamientos específicos. Todo eso permitió llegar a este resultado”, destacó la investigadora.

En un contexto de fuerte ajuste sobre el sistema científico nacional, Mussi también subrayó el rol clave del financiamiento provincial para sostener la investigación. “La provincia de Santa Fe viene apoyando a nuestro grupo desde 2013. Hoy ese respaldo es vital para que estos desarrollos sigan siendo posibles”, remarcó.