Retrataron a los ídolos de la escena urbana y ahora montaron un fotoestudio

Dicen que lo bueno viene en frasco chico y eso fue lo que pensaron Giulia Antonelli e Ignacio Ramacciotti, los jóvenes rosarinos detrás de Fotoestudio Rosario, un estudio de fotografía montado en un local de solo 21 m2. Ubicado en la planta alta de Galería Córdoba -pleno centro rosarino- el pequeño espacio está full equipado con croma e iluminación para usos diversos: fotografía de producto, sesiones para artistas y bandas musicales, y exposiciones de arte.

Los socios de Fotoestudio vienen del palo audiovisual y la producción de espectáculos, por eso su rutina fluctúa entre la vorágine de los shows, el azar de las noches y ahora su emprendimiento, que gestionan con reglas propias. Giulia, de 23 años, además trabaja en la productora Asfalto, responsable de eventos como el Festival Bandera. Fotografió a artistas importantes de la escena nacional como Ca7riel,  Paco Amoroso, Dillom, Santiago Motorizado y Dante Spinetta, entre otros. 

Lo interesante de este espacio es que presta los servicios de un estudio tradicional pero tiene un perfil artístico y joven, en tanto que convoca a la movida cultural local a través de sus muestras y talleres. Desde que inauguró, en el espacio se presentaron Maia Bros con "Los mundos posibles" (fotografìas analógicas); Leo Ditaranto con dibujos del cómic y Chico Pájaro All Star; Camila Viena con "Vértigos Cotidianos" (pintura) y lecturas de poesía, Magga Sarra con "Imaginario de una familia en colores" (Archivo fotográfico familiar + pintura); y la semana próxima estará presente Valentina Bertini, artista de la ciudad, con sus pinturas y fotografías.

Los comienzos

“Todo comenzó con un estudio móvil express que monté para mis amigos artistas que necesitaban fotos para una convocatoria. Funcionó bien hasta que se amplió para personas fuera del círculo, y de ahí surgió la necesidad de buscar otro espacio", contó Antonelli a Punto biz. 

La flamante emprendedora empezó su vínculo con la fotografía en la secundaria, cuando descubrió la cámara analógica. La experiencia fílmica la obnubiló por completo, a tal punto que comenzó con cursos y talleres que le brindaron herramientas necesarias para darle forma a sus ideas. Su escuela nunca dejó de ser la curiosidad, aún así se alistó a cursos, laboratorios, talleres experimentales en Buenos Aires, entre otros. En su recorrido, se distingue la escuela de artes plásticas de Manuel Musto y la EPCTV (Escuela Provincial de Cine y Tv), donde dirigió su tesis “El Ancla”.