Pionera de las puntocom terminó aliada a una multinacional

Cuando se acercaba el nuevo milenio e Internet empezaba a ser más accesible, cuatro amigos se las ingeniaron para lanzar una desarrolladora de sitios bajo el nombre de Amtec. Corría el año 1996 cuando José Manuel Robledo, Martín Méndez, Adolfo Rouillon y Andrés Montefeltro decidieron invertir u$s10.000 para fundar Amtech, que al año siguiente cambiaría su denominación a Amtec.net. Así, empezaron a diseñar sitios web, intranets y extranets.

El emprendimiento comenzó a funcionar a pulmón, ocupando la casa de Montefeltro como oficina y computadoras armadas por ellos mismos. Pero el despegue no tardó en llegar: para 1998 facturaron u$s11.000 y, un año más tarde, con el capital de un inversionista, consiguieron mudarse a Buenos Aires, manteniendo también su presencia en Rosario, con clientes de renombre como Televisión Litoral, Aceitera Martínez y Refinería San Lorenzo.

Al principio trabajaban desde un locutorio, pero conforme la empresa se desarrollaba, lograron instalarse en oficinas a medida que crecía también su cartera de clientes. En 1999 recibieron a Alejandro Etchart y Lisandro Brill como inversores para dar pie a una verdadera expansión. En el año 2000 fue seleccionada como empresa Endeavor y ya contaban con una nómina de 240 emplea- dos, con oficinas en Brasil y Chile. En ese marco, el fondo de inversión Hick, Muse, Tate & Furst, con sede en Texas, adquirió el 22% de Amtec con un desembolso de u$s5 M. Ya para ese entonces contaban con clientes multinacionales como Roche, Banelco, Shell y DuPont.

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