Noviembre fue uno de los peores meses del año en permisos de edificación

La construcción privada volvió a encender señales de alerta en Rosario. Durante noviembre de 2025, el municipio otorgó solo 71 permisos de edificación, uno de los registros mensuales más bajos del año y comparable con el piso alcanzado en marzo, según el último informe de la Dirección General de Estadística de la Agencia Rosario Digital.

El dato refleja un marcado retroceso respecto de los valores habituales para ese mes. De hecho, la cantidad de permisos aprobados en noviembre equivale a apenas un tercio del promedio histórico, calculado sobre el período 2010–2019, lo que grafica la magnitud del freno en la actividad formal del sector.

En términos de superficie, el panorama muestra un matiz distinto. En el mes se autorizaron 30.329 metros cuadrados, una cifra que, si bien se mantiene muy por debajo del promedio histórico de noviembre (64.550 m²), se ubicó entre las más altas de 2025 y solo fue superada en junio y julio. El dato sugiere que, aunque se presentan menos proyectos, algunos corresponden a obras de mayor tamaño.

Al analizar el destino de las construcciones, el reparto fue relativamente equilibrado. El 45,7% de la superficie aprobada correspondió a proyectos residenciales, mientras que el 54,3% restante fue para usos no residenciales, como locales comerciales, oficinas u otras edificaciones productivas. La paridad evidencia la ausencia de un motor claro de recuperación en alguno de los segmentos del mercado

El balance interanual tampoco resulta alentador. La superficie acumulada autorizada hasta noviembre muestra una caída del 19% en comparación con el mismo período de 2024, profundizando una tendencia negativa que se viene repitiendo a lo largo del año, con variaciones acumuladas en rojo en la mayoría de los meses.

Desde el área estadística municipal subrayan que los permisos de edificación funcionan como un indicador adelantado de la actividad, ya que representan decisiones de inversión y “construcción formal a futuro”. En ese sentido, los números actuales reflejan bajas expectativas del sector, en un contexto atravesado por costos elevados, márgenes ajustados y un mercado inmobiliario que todavía no logra recuperar dinamismo.