Llegó rodeado de polémicas, pero potenció una zona olvidada

El Casino City Center Rosario, inaugurado en 2009, se consolidó rápidamente como el centro de entretenimiento más grande de Latinoamérica, marcando un hito en la zona sur de la ciudad. Sin embargo, su llegada no estuvo exenta de polémicas, especialmente en torno a la concesión y los beneficios para la ciudad.

La aprobación de la ordenanza en 2003 que permitió su instalación generó debates sobre el impacto social y económico del juego. Tras la selección de la propuesta de Casino Club, la construcción en una ubicación estratégica en Bulevar Oroño y Circunvalación transformó un área que carecía de desarrollos de esta magnitud. Desde su apertura, el City Center experimentó un crecimiento constante, añadiendo a su imponente casino un hotel cinco estrellas, variados espacios gastronómicos, locales comerciales y un centro de convenciones de gran capacidad. Este desarrollo generó miles de empleos directos e indirectos, dinamizando la economía de la zona sur y atrayendo inversiones en infraestructura vial que mejoraron la accesibilidad.

A pesar de su éxito y su impacto positivo en términos de empleo y desarrollo urbano, la concesión del casino y la distribución de sus ganancias siempre fueron temas sensibles. A lo largo de los años, surgieron cuestionamientos sobre la transparencia de los acuerdos y el destino de los ingresos generados.

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