La pegaron con la primera cerveteca y ahora copan los barrios con locales

Los socios de Mosto Somos Cervezas, la red de cervetecas de Rosario, dicen que el modelo de negocios que los hizo crecer no encaja en los formatos tradicionales. Las reglas son propias, pero funcionaron: arrancaron a finales de 2017 con un local chico de expendio de cervezas nacionales e importadas sobre calle Pueyrredón (entre San Juan y San Luis, barrio de Lourdes), después desembarcaron en Barrio Martin (2018) y en 2020 fue el turno del Abasto (2020). 

Ahora gambetearon el ocaso de las cervecerías, y en julio abrieron la cuarta sucursal: Mosto Olmedo (Ov. Lagos 358). Además, reservaron otra novedad para la primavera, fecha de estreno del quinto local, que tendrá una superficie mayor a los demás (180 m2). A la cervecería sumarán rampa de skate, bici y rollers, y un local de tatuajes. La nueva sucursal colocará a Mosto en el radar de Echesortu (Marcos Paz y San Nicolás), 

La idea de tener un amor en cada barrio no es aleatoria: el plan siempre fue ser lugar de encuentro en cada zona. "Quisimos retomar las tradiciones de los clubes sociales, que están en extinción. Planteamos mesas compartidas, generalmente en la calle, y la verdad es que los locales se convierten en el punto de encuentro del barrio. A veces se forman mesas largas que aparentan ser de amigos de toda la vida, pero en realidad se conocieron ahí. El fuerte nuestro es generar comunidad", contó a Punto biz Niko Dacunto, socio y fundador de Mosto.

Una cadena con identidad

La marca es hija suya y de su amigo Santiago Marull, con quien se dedicaban -y aún se dedican- al diseño y la fabricación de growlers (envases cerveceros). En ese entonces sumaron a un tercer socio, Bruno Giaia, y salieron al ruedo. La expansión posterior también se dio en sintonía de grupo, o como lo llama Dacunto, bajo un sistema de "franquicias cooperativistas". "No franquiciamos la marca, lo que hacemos es sumar locales a cargo de personas que generalmente son amigos, amigos de amigos o clientes que se volvieron amigos. Cobramos un porcentaje de la facturación pero no es que les entregamos un logo, un manual, les pedimos un canon y nos borramos, realmente empezamos a trabajar juntos", explicó Dacunto.

Agregó: "Hemos rechazado propuestas de empresarios gastronómicos importantes para mantener el espíritu de la marca. Por ejemplo, la idea es que en los locales estén presentes los dueños, nos gusta que haya una cara conocida en cada Mosto, es condición. Por eso tampoco optamos por abrir más locales propios, podríamos hacerlo, pero no vamos a poder estar presentes en todos y se termina despersonalizando el negocio. Lo que sí, procuramos asociarnos con personas con las que tengamos química, un código compartido, porque después con los socios tratamos a diario. Hoy somos más de diez socios y funcionamos parecido a una empresa familiar, aunque no seamos familia".

Los nuevos points   

El de Olmedo es un local de 80 m2 y se diferencia del resto de la red por contar con un patio interno, en tanto que el local de Echesortu funcionará como prueba piloto para lo que podría ser una nueva etapa en la expansión de la cadena: la de los locales temáticos. "Nos abrimos a la idea de integrar la rampa de skate y roller derby porque trajo la propuesta uno de los socios de ese local, que se dedica a eso. Nos pareció que estaba alineado con el perfil de nuestro público", reveló Dacunto. El plan terminó de cerrar cuando encontraron la propiedad ideal, un local con galpón en el que funcionó un viejo almacén y una distribuidora. Hoy el inmueble está en plena remodelación.  

"A futuro tenemos ganas de llegar a zona sur, un barrio en el que tenemos mucha demanda, y no descartamos zona norte ni microcentro. Si me preguntás qué nos haría felices, te digo que haya un Mosto en cada barrio", concluyó.